A Freire le gusta Lisboa

Luis León Sánchez saltó del triciclo a la bicicleta de carreras. A los cinco años ya competía en serio y a los 18, ahora, es uno de los mejores juveniles del mundo. Luis León Sánchez, el segundo terremoto de Mula (Murcia), donde vive y donde es una figura popular, cree que hoy puede ganar el Mundial, y disfruta con la idea; también disfruta por anticipado con el futuro más lejano, pensando en la próxima temporada, en la que será de la generación fundadora del Eroski, el equipo amateur que creará Manolo Saiz, la cantera del ONCE. Con él irán algunos de los mejores juveniles, David Muntaner, Iván Melero, Daniel Bravo, los miembros de una generación que para algunos, y aún sin haber mostrado su valía internacional, puede tener tanto valor como la de Morrás, Eladio y Mancebo, aquella que ya despuntó de juveniles con el título mundial de Morrás en Quito 94. Mientras llega su momento, Luis León y su cuadrilla abren los ojos y se admiran. A su lado, en el mismo, hotel, en el sofá, en la misma mesa a la hora de la cena, están los grandes. Es la selección absoluta. Ahí mismo está Óscar Freire, el crack más crack.

Freire, el campeón del 99, el medallista de bronce en 2000, ha dado ya unas cuantas vueltas al circuito de Monsanto, la subida a Serafina, de un kilómetro, la subida a Alvito, de cuatro kilómetros, los falsos llanos, rotondas y bajadas, y sonríe abiertamente. 'Es más duro aún que el de Verona, donde gané en el 99; el primer repecho va a ser decisivo. Es un circuito corto, de sólo 12 kilómetros, por lo que habrá que darle muchas vueltas, 21, y eso hará que apenas haya zonas de recuperación. No hay ninguna clásica, ni la Amstel siquiera, ni la Lieja, con tantos repechos'.

Además, ha visto cómo se clarificaban todos los asuntos que rodeaban a la selección, y también le ha gustado. Ha comprobado que Paco Antequera, el seleccionador, ha abandonado ya ese aire agobiado y preocupado que le obligaba a estar como continuamente pidiendo disculpas. 'Si alguno del equipo no hace lo que le mando y actúa por su cuenta, el año próximo no viene, sea quien sea, aunque me cueste el puesto', decía. Ya no lo repite. Parece que ha perdido el miedo que tenía hace una semana, cuando decidió que al equipo fueran todas las figuras y podía pensarse que para algunos, acostumbrados a tener el equipo a su disposición, sería duro aceptar el papel de gregario de Freire, el hombre que ha puesto de moda el Mundial y las clásicas en España.

Luego, Casero, el ganador de la Vuelta, que ha estado los últimos 10 días intentando combinar los entrenamientos con agasajos, homenajes y las negociaciones sobre su futuro, dijo que él iba al Mundial para trabajar para Freire, y que lo que importaba era que ganara un español. El ganador de la Vuelta no es un hombre que destaque por las victorias. Carreras de un día sólo ha ganado dos, dos campeonatos de España. Ayer, fue Beloki el que habló. También dijo que estaba en Lisboa para ayudar a Freire, añadió que no estaba tampoco en su mejor momento para intentar ganar él y que estaba porque le hacía mucha ilusión. De todas maneras, Beloki tampoco es un ganador nato. Este año, en el que subió al podio del Tour por segunda vez, sólo ha ganado una etapa en la Volta. Los demás, Sevilla, Rubiera, Eladio, Vicioso, Díaz Justo, Cuesta, Beltrán, Santi Blanco y Aitor Osa, también se han puesto a disposición de Freire, aunque alguno (Rubiera, Sevilla y Blanco) lucirán galones de segundo nivel.

'Somos la mejor selección', resumió Freire. 'La más fuerte. Los italianos parecen mejores, pero como se llevan a matar entre ellos no son un equipo'. Y añadió: 'De todas maneras, si yo fallo, no sé qué compañero puede estar arriba. Además, lo tendrían muy difícil para ganar si llegan en un grupo, y en un Mundial llegar solo es casi imposible. Y, también, yo me siento mejor que nunca', concluyó.