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Crítica:TEATRO | 'MESÍAS'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una revisión

Steven Berkoff es un autor y director inglés veterano (1937) y vehemente. Está pendiente de juicio acusado de violación, racismo, amenazas y algo más, y ha sido denunciado porque amenazó de muerte a un crítico que no gustó de su puesta en escena de Hamlet, que no era característica, porque su gusto está en tomar viejos mitos bien asentados en esta sociedad y darles alguna vuelta, examinarlos bajo otra luz. Creo haber visto en España un par de veces Griegos, donde se enfrentaba a las clásicas leyendas de los ciclos fundadores de esta cultura que, finalmente, le desagrada. Nos desagrada.

En este caso, el mito es el del Mesías. No tanto el de Jesús, protagonista esencial: en vista de que el Mesías no iba a llegar nunca, el judío Jesús decide suplantarle, porque son los hombres los que crean a los dioses. Me siento muy de acuerdo con esa vieja idea, quizá patrimonio y riqueza esencial del librepensador; Jesús no sería, en este caso, un impostor, sino un político que también sabe, o sabía, que cualquier religión es una forma de agresión del poder, de la autoridad -del César, en fin- para dominar al pueblo. No está contando nada nuevo, pero lo cuenta con frases eficaces, con algunos sonidos gratos, dos o tres monólogos brillantes -prefiero el del demonio, tan parecido a mí moralmente- y con unos actores, en esta representación, eficaces más que buenos, capaces de gritar con energía para que no se pierda una frase y circular agachaditos y retorciéndose un poco como les manda el excelente José Luis Gómez, para repetir gestos tópicos que se suelen atribuir a los fariseos y al mal judío en general. Hay un par de situaciones que nos meten en este día: la entrada de las monedas en el templo, en la Iglesia, suena a ecónomo de Valladolid; los destrozos de las guerras de religiones, al gran tema del día.

Mesías

De Steven Berkoff. Traducción de Antonio Fernández Lera. Intérpretes: Ernesto Arias, Elizabeth Gelabert, Rosa Mantenga, José Luis Alcobendas, Jesús Barranco, Rafael Rojas, David Luque, Josep Albert, Chema Ruiz, Luis Bermejo, Daniel Moreno, Markos Marín. Iluminación: Solbes. Vestuario: Elisa Sanz. Espacio Escénico y dirección: José Luis Gómez. Teatro de la Abadía. Madrid.

Me pareció que el público aceptaba bien la paradoja de que, no existiendo Dios ni hijo, y preparada la escena de la crucifixión y algunas actitivades de propaganda como las sanaciones, la impostura puede funcionar si se realiza bien; incluso vi satisfacción en personas creyentes. A los menos o nada creyentes nos suena a vieja disertación, incluso superada por el reciente libro de Sánchez Dragó sobre la no existencia de Jesús. Temas todos que fueron un día causas de hogueras en este país, y ahora lo son en el islam, y que ya no merecen más que la amena charla de radio, de televisión o de café.

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