Fischer se alegra de los atentados contra EE UU
Fue un ídolo para millones de aficionados, y todavía lo es para muchos, pero su desequilibrio mental le ha llevado a la paranoia y el fascismo. El estadounidense Bobby Fischer, campeón del mundo en 1972, sujeto a una orden de busca y captura por haber violado el embargo contra Yugoslavia en 1992, mostró su alegría por los atentados terroristas del 11 de septiembre en una entrevista concedida al día siguiente a la emisora filipina Bombo Radio.
Es su voz, sin duda alguna. Con un lenguaje sumamente soez y lleno de insultos contra EEUU y la comunidad judía internacional, Fischer, de 58 años, califica los atentados como "noticias maravillosas", y los justifica con expresiones como "donde las dan las toman", en referencia a "todos los crímenes que EEUU está cometiendo alrededor del mundo". También habla sobre los "asesinatos perpetrados por EEUU y los judíos contra los palestinos".
Sin que el locutor filipino, al que llama Pablo, le lleve nunca la contraria, Fischer expresa su deseo de que los militares estadounidenses den un golpe de estado, "ejecuten a cientos de miles de judíos y pidan perdón a los árabes". Con palabras similares a las empleadas hace diez años durante una conversación en Francfort con el autor de esta crónica, Fischer dice que anhela "un nuevo mundo", en el que "los negros vuelvan a África y los blancos a Europa, de modo que en América sólo queden sus primitivos habitantes, masacrados durante siglos".
Fischer ha concedido numerosas entrevistas a esa emisora en los últimos años, que pueden escucharse en Internet; hace tres meses dijo que hablaba desde Tokio. En la primera de ellas, el 13 de enero de 1999, semanas después del fallecimiento de su madre y su hermana, negó el holocausto nazi, acusó a la comunidad judía de conspirar contra él y de provocar el embargo de sus bienes en EEUU.
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