Osasuna remata al Rayo en diez segundos
Armentano, en la primera jugada del partido, condena a los vallecanos al pozo de la clasificación
Un, dos, tres, y gol. Osasuna sólo necesitó diez segundos y golpear tres veces el balón para que el desconcierto que habita en Vallecas se convirtiera en un profundo agujero que amenaza con tragarse al club que preside Teresa Rivero. Y mientras el público recibía con aplausos a Lopetegui, Armentano, menos ceremonioso, le recibía con un disparo raso y ajustado que deja a los de Vallecas en la penúltima plaza de la clasificación y ahonda aún más en la crisis que llevó ayer a debutar en el banquillo del Rayo a Manzano.
A partir del tanto de Osasuna, es decir, desde que comenzó el partido, el Rayo combinó con un cierto criterio en el centro del campo y gracias, especialemente, a Luis Cembranos y Michel, creó varias oportunidades para alcanzar el empate. La falta de acierto en el remate de Bolo y Azkoitia lo impidieron. Principalemente la de Bolo, torpe y mal colocado durante toda la noche.
RAYO 0| OSASUNA 1
Rayo Vallecano: Lopetegui; Alcázar (Peragón, m. 76), Corino, Hernández (Arteaga, m. 46), Graff; Quevedo, Roy; Azkoitia (Bolic, m. 58), Luis Cembranos, Michel; y Bolo. Osasuna: Unzué; Lekumberri, Cruchaga, Contreras, Jusué, Yanguas; Puñal, Pipa Gancedo, Fernando (Palacios, m. 65); Iván Rosado (Alfredo, m. 51) y Armentano. Goles: 0-1. M. 1. Armentano, de disparo raso ajustado al palo que se cuela a pesar de la estirada de Lopetegui. Árbitro: Llonch Andreu. Amonestó a Corino y Jusué. Unos 5.000 espectadores en el estadio Teresa Rivero de Vallecas.
Pero el Rayo, confiado a la receta de mover el balón con velocidad, acabó precintando al equipo navarro en su área. Las ocasiones se sucedieron y Bolic, que sustituyó en el segundo tiempo a Azkoitia, se movió bien en punta y dispuso de dos ocasiones consecutivas cuando el partido se acercaba al cierre.
Osasuna se defendía sin intentar siquiera traspasar la línea media, aunque la oportunidad más clara de gol del segundo periodo fue para los navarros. Un centro de Yanguas desde la derecha que remató Lekumberri a un metro y medio de la portería no se convirtió en la sentencia al Rayo porque el repescado Lopetegui sacó una mano magnífica.
El Rayo, agotado de intentar agujerear la coraza navarra, se dejó llevar en los últimos diez minutos y Osasuna, aprovechando la llanura vacía del centro del campo, controló el choque hasta el final. Aunque con el tiempo cumplido Michel pudo cerrar un bucle perfecto y anotar el empate en los últimos diez segundos, pero su lanzamiento de falta se estrelló contra el poste cuando Unzué ya estaba batido. En realidad a los navarros les sobraron los noventa minutos, sólo utilizaron diez segundos. Eso sí, valieron el partido.
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