_
_
_
_
Crítica:JUEGOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cibertren

El jugador se convierte en un conductor de trenes para realizar recorridos virtuales por estaciones del planeta. Se trata de trasladar personas y mercancías respetando las normas de circulación y cumpliendo los horarios.

Train Simulator

Fabrica: Microsoft Distribuye: Microsoft Género: Simulación Plataformas: Windows Precio: 9.900 pesetas. Recomendado: Todos los públicos Internet: www.microsoft.com/games/trainsim/

HABRÁ QUE RECORDAR a las nuevas generaciones que antes de que la videoconsola se convirtiera en el regalo de Reyes más preciado, ese puesto de honor, entre la población infantil masculina, lo ocupaba el Ibertren. Para esa generación y para los que se pirran por los trenes de verdad ya está circulando Train Simulator, un innovador juego que aspira a convertirse en simulador. En éste el usuario se convierte en maquinista de todo tipo de locomotoras, desde las de vapor hasta las eléctricas.

Quienes se aburren en los viajes, porque les parece monótono el paisaje que pasa ante sus ojos a través de las ventanas del vagón o porque entienden el transporte ferroviario únicamente como la alternativa barata para sus desplazamientos diarios, encontrarán este Train Simulator la cosa más absurda e insípida que puede ejecutar su ordenador. La misión no es descarrilar cuantos más vagones mejor o conseguir alcanzar los 400 kilómetros por hora para realizar un récord. No. Hay que transportar viajeros o mercancías, respetando las reglas de circulación y cumpliendo a rajatabla los horarios impuestos por la compañía.

Para otros será todo un reto, una gozada y estarán dispuestos a pasar decenas de horas frente a la pantalla del ordenador.

Train Simulator aprovecha en cierta forma la experiencia acumulada por Microsoft en su colección Flight Simulator, tanto en el desarrollo del juego como en lo abierto que ha quedado, para que amigos del ferrocarril de todo el mundo puedan crear sus propias locomotoras, vagones, estaciones y demás para que sean distribuidos libremente a través de Internet con el fin de recrear la realidad de la forma más fiel posible.

La idea, como el propio título indica, es simular el quehacer diario de un conductor de trenes. Como en la variedad está el gusto, se permite intentar comandar complicadas máquinas de vapor o sencillas locomotoras eléctricas de trenes de alta velocidad, pasando por el escalón intermedio que componen las máquinas con propulsión diesel.

Tener control sobre todos los indicadores y válvulas que regulan la caldera de una antigua locomotora a vapor, al tiempo que se saca la cabeza de vez en cuando para ver el camino, puesto que la visibilidad es reducida, y suministrar suficiente carbón no es precisamente el camino más fácil para iniciarse en Train Simulator.

Los paisajes, trenes y estaciones están realizados íntegramente en tres dimensiones (3D) con una calidad media, pues el detalle de las texturas es algo bajo para los tiempos que corren y la cantidad de polígonos que componen montañas y valles es también algo escasa.

Quizá el motivo haya que buscarlo en la inmensidad de los paisajes a representar que abarca cientos de kilómetros cuadrados esparcidos por todo el mundo.

Sin embargo, algunos elementos arquitectónicos están exactamente realizados y puestos en su lugar preciso, como muros de contención o andenes. Gracias a las tres dimensiones se permiten todo tipo de vistas que van desde la típica interior del puesto de conducción de la locomotora o desde el asiento de un viajero hasta vistas exteriores aéreas que permiten disfrutar de momentos mágicos como cuando el tren se introduce en un túnel.

El aspecto sonoro consigue mejor nota que el visual, ofreciendo sonido posicional y efectos de reverberación para simular el interior de los túneles.

Las ayudas incluidas enseñan al maquinista virtual los procedimientos de puesta en marcha y conducción de cada una de las locomotoras, ofreciendo ejercicios adicionales para demostrar todo lo que se ha aprendido.

Hecho este primer paso se puede elegir una de las múltiples aventuras que pueden consistir en enganchar determinados vagones o realizar un recorrido en el tiempo y horario estipulados. Otra opción es campar libremente, respetando las señales de circulación, de estación en estación con el único fin de disfrutar del viaje.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_