Joan Gomis, presidente de Justicia y Paz
Es domingo, 30 de septiembre por la noche. Hace apenas unas horas que ha muerto Joan Gomis (Barcelona, 1927), un amigo muy querido. Nos conocimos allá por los años cincuenta. Me lo presentó Alfonso Comín, años antes de ser mi marido. Ellos se conocieron muy jóvenes en la revista El Ciervo, y a partir de aquel momento hicieron muchas cosas juntos. Quedan numerosos escritos de esta etapa. Coincidieron también en el Front Obrer Català / Frente de Liberación Popular. Se querían y se respetaban mutuamente. Lo sentí muy cerca durante la enfermedad de Alfonso y después todavía más, a él y también a su esposa, Montserrat Albet.
En tanto tiempo los recuerdos son muchos, pero no diría que esta noche esté recordando a Joan, simplemente pienso en él. Le veo haciendo campaña a favor de dedicar el 0,7% del PIB a los países pobres, cuando nadie hablaba de ello, en 1980, o desplegando su energía contra la entrada de España en la OTAN. Lideró innumerables actividades relacionadas con la educación por la paz, los derechos humanos, el diálogo Norte-Sur y las ONG, todo ello desde su responsabilidad de presidente de Justicia y Paz.
Ha sido un puntal, nos quedaremos cojos, no sólo por lo que ha hecho sino por cómo lo ha hecho. Quizá resaltaría su gran libertad a la hora de actuar. No le han movido ni el éxito ni el poder, cosa muy de agradecer en estos tiempos. No se ha cortado ni un pelo ante nadie, ha defendido las causas por las que ha luchado con valentía y tenacidad.
En el campo de las ONG creo que su aportación ha sido muy importante para darles impulso, clarificar su espacio en la sociedad civil y alentarlas a permanecer independientes con respecto a las instancias gubernamentales para de esta forma poder ser libres.
Tengo entre mis manos uno de sus libros, Solidaritats viscudes (Solidaridades vividas), publicado en junio de 1999. En él se reconoce cristiano sin fisuras y considera que el impulso para trabajar lo ha recibido del mensaje de Jesús y del Evangelio. Ha sabido manifestar su fe con convicción, de forma austera y abierta, en diálogo con todos.
Creo que Joan Gomis ha sido un magnífico dirigente político, sin partido pero con causa. Un hombre claramente de izquierdas. No pienso en su etapa como miembro del FLP, sino en toda su trayectoria, sobre todo la de los últimos 25 años.
La última vez que le vi, hace 15 días, conservaba su sentido del humor y su entereza. Su interés por todo y por todos. Los proyectos de los demás eran sus proyectos. Salí del hospital [donde permanecía internado desde el mes de agosto] reconfortada. Pensé que moría como había vivido, con naturalidad, generosidad y una gran dignidad.-
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