'Hasta este verano pensé dejar la política e irme a mi casa'
Pedro Pacheco reivindica desde sus nuevas siglas (PSA) el socialismo democrático. Dice que no ha intervenido en su fundación y que ha estado a punto de tirar la toalla.
Después del espectacular enfrentamiento con la dirección del PA y su expulsión de facto, Pacheco (52 años) ha vuelto a reagrupar a sus leales en el Partido Socialista de Andalucía (PSA), las siglas que creó en 1976 Alejandro Rojas-Marcos y que luego se transformaron en el PA. Como dote ha aportado la alcaldía de Jerez y dos escaños en la Cámara.
Pregunta. Parece que está usted en el mismo punto que en 1993, cuando se escindió del PA para crear el Partido Andaluz de Progreso (PAP).
'Desde que entré en 1972 en la Junta Democrática no he parado. Necesitaba revisar mi vida política'
Respuesta. El PAP nació en una coyuntura muy complicada y sirvió como puente para que la oferta andalucista fuera única. El PSA surge en un momento en que Andalucía está bajo mínimos en cuanto a su impulso político, donde el modelo institucional ha fracasado. La gente echa en falta la rebeldía, la utopía, el enamorarse otra vez de Andalucía y ponerla en pie. El PSA puede volver a ser el instrumento que fue en los comienzos de la transición política andaluza. A mí me gusta y voy a partirme la cara.
P. Cuándo sacó el PAP la palabra clave fue progreso, con el PSA habla usted de izquierda. ¿No vale ya la invocación a Andalucía como única referencia ideológica?
R. Desde que cayeron las fronteras de Berlín, los intelectuales creyeron que habían muerto todas las ideologías, que se había consolidado el mercado como único dios, y se ha demostrado que es mentira. Ahora, la lucha que se estamos llevando a cabo los que defendemos que la globalización tiene que producir el necesario reparto ha puesto en evidencia que existen valores tradicionales como son la izquierda y la derecha. De ahí mi insistencia en que el PSA lleva en su frontispicio el socialismo democrático desde el punto de vista del nacionalismo, y ese es un valor en alza por conseguir.
P. ¿Tiene la elección de las siglas PSA y sus connotaciones históricas una intención envenenada?
R. Cuando el comité gestor del PSA decidió crear un partido en este terreno virgen, se llevó la agradable sorpresa de que las siglas PSA estaban libres. ¡Increíble! Y no dudaron ni un minuto: mira por dónde estaba vacante el nombre que todo el mundo reconoce como el instrumento que sacó a Andalucía de su papel secundario. Y que lo copió también todo el mundo, excepto la derecha.
P. Una de las razones que esgrimió el PA para dejar caer la 's' de sus siglas fue la confusión con el PSOE y, además, creaba cierto rechazo.
R. Esa afirmación que se hacía entonces era falsa, no había confusión. Ahora está habiendo alguna porque determinados medios de comunicación intentan que la gente crea que el nuevo PSA es el viejo PSOE.
P. ¿Por qué ha tardado un año en comunicar su afiliación del PSA si estaba cantado desde que se creó el partido?
R. Muy fácil, porque desde 1972 que entré en la Junta Democrática no he parado. Entonces, aproveché la crisis partidista en la que había estado metido y paré para revisar mi vida política. Además, no estaba cantado nada de nada. No sabía qué iba hacer.
P. Ya, pero uno de los fundadores del nuevo PSA, quizás el que lo ha movido todo, es Manuel Cobacho, su brazo político en los últimos años, el que está siempre con usted.
R. Es muy amigo mío, e imagino que lo seguiríamos siendo aunque yo no hubiera entrado finalmente en el PSA.
P. Osea, que usted no ha dado ninguna instrucción para que se creara el PSA mientras reflexionaba.
R. Se lo puedo prometer, no he estado en este año metido en nada de la política. He estado viéndolas venir, sondeando y haciendo un diagnóstico de Andalucía. La reflexión la acabé cuando pensé que yo no podía ser tan egoísta de irme a mi casa con 52 años, así que decidí ponerme al servicio de estas siglas.
P. ¿De verdad que pensó retirarse?
R. Y lo pensé hasta hace poco. Despejé la incógnita este verano al pensar que me debo al electorado casi tanto como a la militancia, que no iba a entender que me prejubilara con 52 años. En este país se está produciendo una sangría de factor humano preocupante, donde gente cualificada se está yendo a su casa con 50 años. Y yo me negaba a estar en ese sector laboral tipo empleado de Telefónica.
P. ¿El PSA aspira a formar un bloque más amplio?
R. No cabe extrapolar experiencias que han salido bien en otros lugares, pero tampoco sería malo. Andalucía necesita una alternancia y si eso se puede hacer con coaliciones o bloques, ya se verá. Desde luego, un bloque como el de Galicia no se puede hacer.
P. ¿Qué financiación tiene el refundado PSA?
R. Lo que le aporta el Grupo Mixto.
P. Pero, ¿y antes?
R. No había PSA.
P. El PSA se creó en diciembre de 2000 y usted se ha afiliado ahora.
R. Pues desde enero de 2001 está ayudando el Grupo Mixto.
P. Entonces, ¿para qué ha reflexionado un año si ya lo tenía muy claro?
R. No, no, yo he dicho que le estaba ayudando, decidiera entrar o no, porque me pidieron que defendiera algunas cosas en su nombre en el Parlamento. Ellos también nos ayudaron a hacer propuesta. Había una interrelación mutua. Una de las cosas que me motivó para afiliarme es que no está contaminado y ése es el patrimonio más importante del joven PSA.
P. ¿Qué papel quiere desempeñar en el partido?
R. El que me dé. Yo me veo más bien en los órganos de control que en la propia ejecutiva.
P. ¿Es usted un tránsfuga?
R. El partido que tiene más tránsfugas desde los tiempos de la democracia es el PSOE, lo que pasa que tiene una cara que es increíble. ¿Cómo puede criticar a la derecha por fichar a gente del GIL cuando desde 1982 el PSOE ha fichado a todo dios? Fagocitó al PCE a Nueva Izquierda...
P. Pero el GIL no es el PCE.
R. Es que el PSOE tiene doble vara medir, porque por un lado le apesta Jesús Gil pero se ha llevado en contacto con él muchos años.
P. Sus relaciones con el PSOE eran relativamente buenas. En los últimos meses se ha distanciado mucho.
R. Y son buenas.
P. Hombre, a Manuel Chaves le ha dicho varias veces incompetente.
R. Me he distanciado un poquito en cuanto que ya no estoy en un partido que tiene que apoyar al PSOE. Ahora lo apoyaré o no en el Parlamento en función de que me convenzan. Además, mi dureza va a ir en aumento en la medida en que vea que la situación andaluza no sólo no se arregla sino que va de mal en peor. Basta asistir los jueves al Parlamento y ver el rifirrafe vecinal que protagonizan de Teófila y Chaves.
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