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Crónica:18ª etapa | VUELTA 2001
Crónica
Texto informativo con interpretación

Multa a la originalidad

Simeoni gana echando pie a tierra y la UCI le castiga con 50.000 pesetas

Carlos Arribas

A Filippo Simeoni, que quiso ser original, los comisarios de la UCI, que presumen de tradicionalistas, le multaron con 50.000 pesetas por 'comportamiento incorrecto'. Y todo porque, al llegar a la meta, vencedor en solitario, no hizo lo que hacen todos, levantar los brazos, o mirar al cielo, o besarse las muñecas, o cosas así. No; a Simeoni, un veterano de 30 años que dio a Italia la primera victoria en esta Vuelta después de un Tour seco, no se le ocurrió más que, a cinco metros de la línea, dar un frenazo en seco, bajarse de la bicicleta, levantarla en alto, besarla y, luego, cruzar la meta andando, la bicicleta sujeta por el manillar.

Poco le importó la multa. La foto vale un millón de veces más. Simeoni, ciclista sensible también, dedicó la victoria a la juventud del mundo. Sensiblero, habló del deporte como ejemplo de paz y convivencia. Un bonito discurso para un corredor del que la única entrevista conocida es el interrogatorio al que le sometió el juez Spinosa hace tres años. Una revista italiana lo publicó este verano. El ciclista, testigo de la investigación judicial sobre las andanzas de Michele Ferrari, el mito médico del ciclismo italiano, contaba con detalle cómo Ferrari le sometía a curas de EPO y anabolizantes en 1995 y 1996.

Simeoni es ahora un hombre nuevo, limpio y en paz con su pasado. Pero todo lo sabemos gracias a la desgracia de Santi Blanco.

El corredor del iBanesto.com se cayó dos veces, de manera más tonta que trágica. La primera vez, a 11 kilómetros de la meta, sin saber cómo. Iba escapado y la victoria le esperaba, casi segura. El salmantino había atacado con clase, inteligencia y fuerza. Lo había hecho a 500 metros de la cima del castillo conquense, al final de una espectacular subida que valió por toda la etapa. Calles empedradas y muy empinadas, los corredores buscando losas lisas, como carriles, para no perder rueda.

Blanco sabía lo que había que hacer: atacar en el momento justo, ganar unos segundos y, luego, en el descenso hacia las hoces del Huécar, poco pronunciado al comienzo, poner tierra de por medio. Todo lo consiguió, pero en una curva se cayó y el que atacó y se fue solo en el descenso fue Simeoni. Más tarde, nervioso y sobre una bici prestada, Blanco volvió a caerse. Acabó con magulladuras en todo el cuerpo, el culotte hecho jirones y la moral rota. Deseando, como todos, que la Vuelta se acabe de una vez.

Siemoni, ganador en solitario, alza su bicicleta tras bajarse de ella a cinco metros de una meta que cruzó a pie.
Siemoni, ganador en solitario, alza su bicicleta tras bajarse de ella a cinco metros de una meta que cruzó a pie.REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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