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Joaquín Calvo gana la presidencia del Círculo del Liceo con más del doble de votos que su oponente

La asamblea apoya a la junta provisional que asumió el mando tras la 'crisis de las mujeres'

Bajo la consigna de máxima discreción y en una asamblea tranquila, muy alejada de las largas y caóticas reuniones que precedieron a la admisión de mujeres como socias, el Círculo del Liceo eligió ayer a Joaquín Calvo como presidente del club privado vecino al coliseo lírico de La Rambla. La candidatura de Calvo, director general de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y presidente del Real Club de Polo de Barcelona, logró 388 votos; la de su oponente, Juan Fontfreda, socio desde hace 25 años de la entidad, 153. Hubo un solo voto en blanco.

Tradición y discreción, Privacidad e independencia. Estos dos lemas, con los que Calvo y Fontfreda, respectivamente, han optado a dirigir durante los próximos dos años el Círculo del Liceo, ejemplifican la decisión clara por parte de todos de mantener a la entidad lo más alejada posible de los medios de comunicación. Ni comunicados de prensa tras el recuento de votos, ni declaraciones y ni una foto.

De hecho, ésta ha sido una de las máximas de Joaquín Calvo durante los seis meses que de forma provisional ha presidido la entidad tras la dimisión en abril pasado de la junta presidida por el galerista Joan Anton Maragall. Su candidatura ha reunido a las mismas personas que han formado parte de la junta provisional que ha preparado la transición tras la crisis originada por la entrada de mujeres como socias de pleno derecho del club. Y tras el recuento de los votos, Calvo cenó en el club con los miembros de su candidatura.

Con la presencia por primera vez de mujeres en una votación -acudieron cuatro de las nuevas socias- la asamblea, que se celebró en el Salón de los Espejos del teatro del Liceo, comenzó puntualmente a las 19.00 horas. Algo más de 200 socios de los 1.140 de la entidad, emitieron su voto personalmente. Un solo punto en el orden del día: la elección de nueva junta de gobierno. Ni ruegos, ni preguntas. Y cuando algún socio intentó introducir el tema de la delegación del voto, uno de los puntos de los estatutos de la entidad que Juan Fontfreda proponía modificar si salía elegido, limitando su número, la intervención era atajada de raíz aduciendo que no era tema de discusión de la asamblea.

Ni discusiones, ni debates, ni protestas. Tranquilidad absoluta y rapidez en votar y contar. Tres horas después de empezar la asamblea ya se sabía el resultado: 388 votos para la candidatura encabezada por Joaquín Calvo frente a los 153 de la de Juan Fontfreda.

Con el voto mayoritario otorgado a Calvo, el Círculo del Liceo apostó con el continuismo. Por una nueva junta en la que se mezclan los nombres de antiguos miembros de anteriores juntas y otros que se alinearon en el bando opositor al ex presidente Joan Anton Maragall, y que durante los seis meses transcurridos desde la dimisión de éste han compartido junta provisional para preparar las elecciones celebradas ayer mientras intentaban reconstruir la perdida armonía entre los socios.

Unir a los socios

Las dos candidaturas que se han presentado a las elecciones abogaban en sus propuestas por la unión de los socios, muy divididos desde semanas antes de la asamblea en la que, el 31 de enero pasado, se decidió someter a votación el cambio de los estatutos de la entidad para dar entrada a las mujeres. Aquella decisión, que fue aprobada por mayoría y posteriormente impugnada ante los tribunales, provocó una crisis en el Círculo del Liceo que desembocó en la dimisión en bloque, en la madrugada del pasado 3 de abril, de toda la junta directiva presidida por Maragall, tras una larga y caótica asamblea en la que se aprobó el ingreso de las primeras mujeres socias del club, entre ellas la soprano Montserrat Caballé, después de que hubieran sido rechazadas en votación.

Las mujeres como socias del Círculo del Liceo no han sido en estas elecciones objeto de discusión. Ninguna de las dos candidaturas ponía en entredicho el cambio de los estatutos aprobado el pasado 31 de enero, aunque Juan Fontfreda proponía en su programa modificar el sistema electoral para limitar el número de votos delegados, uno de los caballos de batalla de la oposición a la presidencia de Maragall, quien consiguió ganar la mayor parte de las votaciones de los cambios de estatutos gracias al alto número de votos delegados en su poder.

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