Fuentes de la literatura

Mal distribuidas, semiescondidas en los anaqueles de las librerías y de escasas ventas, las revistas literarias españolas son una rara avis de la bibliofilia que, no obstante, se resisten tercamente a desaparecer. Algunas sirven como órgano de expresión de colectivos consolidados, otras se prestan como trampolín de nuevos talentos, y las hay rotundamente elitistas. Pero de lo que no cabe duda es que todos escriben, de un modo u otro, sus renglones en la Historia de la Literatura. Atraído desde siempre por este fenómeno, un escritor y catedrático de la Universidad de Cádiz, Manuel Ramos Ortega, acaba de publicar el extenso ensayo Las revistas literarias en España (entre la Edad de Plata y el medio siglo), una aproximación histórica que publica Ediciones De la Torre.

Con anterioridad, Ramos Ortega había editado Platero, una revista gaditana del medio siglo (Universidad de Cádiz, 1993), así como una edición facsimilar de este proyecto (Fundación El Monte, 2000). En esta ocasión, el espectro espacial y temporal es mucho más amplio, si bien presta una especial atención al ámbito andaluz de la posguerra.

Para este estudioso, las revistas literarias 'tienen todo el interés, hasta el punto que la literatura contemporánea no podría estudiarse sin la ayuda de esas fuentes imprescindibles'. 'Repasarlas es repasar las generaciones y los movimientos más importantes: el surrealismo, el futurismo, el dadaísmo, el 27, la guerra civil, la posguerra, los novísimos...', afirma.

La concepción de Las revistas literarias en España incluye dos grandes bloques: por una parte, el periodo comprendido entre los años veinte y 1936. Y una segunda, que arranca con la guerra civil y llega prácticamente hasta la actualidad.

Entre los grandes protagonistas de los años anteriores a la guerra civil tiene un lugar especial en el trabajo de Ramos Ortega la figura de José María de Cossío (1893-1977), más conocido entre los aficionados taurinos -es el autor de la mítica enciclopedia sobre la tauromaquia Los toros, a la que los buenos aficionados denominan el cossío- que por los amantes de la literatura. De José María de Cossío se publica una completa correspondencia inédita.

'Era un mecenas que estaba en contacto con Lorca, Gerardo Diego y Alberti, que llegó a escribir varios poemas en su casona de Tudanca', asegura el catedrático. 'A cada uno de sus amigos iba Cossío pidiéndoles un poema, y acabó recogiendo un verdadero cancionero moderno', dice.

Altolaguirre y Prados

El hecho de que todos aquellos que quisieran hacer una revista nueva, desde Alejandro Collantes o Adriano del Valle a Altolaguirre o Prados, acudieran a él para pedirle consejo e influir en grandes escritores, explica muy bien el contexto literario de la época', añade.

Tres hitos de la poesía andaluza como fueron Platero, Alcaraván y Caracola, ocupan también un espacio destacado en el ensayo de Ramos Ortega. Pese a todas las dificultades que deben sortear estos empeños para mantenerse a flote, muchas revistas de la época se mantienen hoy vigentes y con vigor renovado, en convivencia con otras que van surgiendo de los más insospechados lugares.

'Las revistas de hoy conservan el prestigio de las pioneras de principios de siglo pasado, que tenían un carácter casi adanista, de incursión en un terreno virgen, inexplorado. La segunda mitad del siglo XX fue reinstauradora de esa tradición, y las actuales, sin el carácter rompedor de aquéllas, tienen a veces una vocación polemista en sus textos programáticos', observa Ramos Ortega. 'Hay tantas que no se pueden definir bajo un mismo patrón, y ellas mismas no dudan en proclamarse distintas a las demás. Por poner tres ejemplos, Renacimiento, RevistAtlántica y Caleta son tres proyectos que buscan su propio sello de identidad'.

Respecto al nacimiento de las revistas literarias virtuales, Ramos Ortega reconoce que no conoce en profundidad ese fenómeno, pero conjetura que 'serán mucho más efímeras de lo que son ya las impresas'. 'Sociológicamente son muy interesantes, y desde luego hay que aplaudirles ese rasgo de independencia que tienen, su aire fresco. Por otro lado, hay que tener en cuenta que las revistas de antes reunían a mucho gente bajo un mismo nombre. Pero ahora, con ese carácter un tanto autista que tiene Internet, suponemos que va a ser más difícil', apostilla.