El estreno de la Brigada de Búsqueda e Intervención

Aunque en la actuación de ayer han intervenido varios cuerpos policiales, la detención de Asier Oiartzabal y sus colaboradores ha supuesto el estreno de la Brigada de Búsqueda de Intervención (BRI), puesta en marcha en junio por el Ministerio de Interior francés para reforzar la lucha contra ETA.

La creación de esta nueva unidad respondía a una vieja demanda de las autoridades españolas a París para que se dedicaran más efectivos a la investigación y represión de la organización, cuya retaguardia y redes logísticas siguen estando en territorio francés. Como reconoció la ex fiscal antiterrorista Irene Stoller, combatir a ETA no ha sido una prioridad para las autoridades francesas, dado que hasta ahora no ha dirigido sus armas contra el país donde encuentra refugio clandestino.

Sus servicios de información concentraban los esfuerzos en el terrorismo de raíz islámica y también de origen nacionalista, corsos y bretones, principalmente. Sin embargo, la alarma que crearon en el país vecino los asaltos a los polvorines de Plevin y Grenoble -al primero de ellos con el apoyo de independentistas bretones-, así como la extensión de episodios de lucha callejera al País Vasco francés, contribuyeron decisivamente a que se atendiera la petición de Madrid.

La nueva unidad especial de investigación e intervención cuenta con 25 agentes dotados de avanzados medios materiales y exentos de tareas burocráticas. Aunque su ámbito de actuación se extiende a todo el territorio francés, tiene su base en Bayona y está dirigida por el comisario George Bonfont, perteneciente a la división nacional antiterrorista.

A diferencia de otros servicios y cuerpos que han intervenido contra ETA -la Policía de Aire y Fronteras (PAF), la división antiterrorista o la propia gendarmería- la brigada tiene como dedicación exclusiva la investigación de la organización terrorista y de los grupos aledaños que practican la violencia callejera.