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Reportaje:

Apuestas con red en los mercados de renta variable

Las opciones'put' permiten ganar dinero en mercados bajistas sin vender acciones

Los reguladores de las bolsas europeas están investigando si los terroristas que cometieron los atentados de Estados Unidos especularon en los mercados con acciones de las compañías que, posteriormente, iban a verse afectadas por la crisis (aseguradoras, aerolíneas...). Lo que tratan de averiguar las autoridades es si los delincuentes utilizaron instrumentos financieros como las opciones y los futuros para lucrarse con esta tragedia.

En situaciones como la vivida por los mercados financieros en los últimos 18 meses, caracterizada por caídas de los índices bursátiles, la consecuencia fundamental suele ser una tendencia vendedora generalizada, para tratar de limitar las posibles pérdidas futuras.

Se trata de una estrategia muy rentable si el inversor tiene absoluta certeza de que el mercado va a bajar
Los reguladores investigan si los terroristas utilizaron estos instrumentos financieros para lucrarse antes de la tragedia

Pero existe una forma de poder ganar en mercados bajistas sin necesidad de vender los activos: mediante la utilización de productos derivados. Por ejemplo, mediante la compra de opciones put sobre un activo subyacente determinado (acciones, materia primas, bonos, etcétera). La compra de una opción put otorga al inversor el derecho a vender el activo sobre el que se haya realizado, a un precio y en una fecha determinada. El coste de la operación vendrá dado por una prima que se tendrá que desembolsar en el momento en que se adquiere el derecho, similar a la contribución de un seguro que cubra una contingencia. Así, si el precio del activo cae por debajo del nivel al que el individuo puede vender el activo, ejercitará su derecho, obteniendo como beneficio la diferencia entre el precio al que vende y el precio al que cotiza en ese momento. Por supuesto, habría que contabilizar como coste la prima desembolsada. En caso de que el precio no caiga por debajo del nivel prefijado, al inversor no le resultaría beneficioso ejercitarla, perdiendo únicamente la prima. Por tanto, mediante esta estrategia el inversor estaría adoptando una posición bajista, obteniendo beneficios cuando el precio caiga.

¿De qué depende el precio de una opción? Entre los factores más relevantes a la hora de valorar una opción, la volatilidad resulta básica. Como resulta lógico, cuanto mayor sea la volatilidad de los activos, mayor será la probabilidad de alcanzar el precio al que se ejercita el derecho, y, por tanto, la prima exigida, siendo más cara la opción. Por eso, en momentos de elevada volatilidad resulta más cara la compra de opciones, si bien también es mayor la probabilidad de poder ejercitarla con beneficios.

¿Cuándo y por qué se contratan las opciones put? Tradicionalmente existen dos circunstancias en las que se utilizan estos instrumentos. Con objeto de cubrir una posición subyacente y con carácter especulativo. En el primer caso asumimos que el inversor mantiene una posición compradora en un determinado activo, y realiza la compra de una put para reducir el riesgo que supondría para la cartera una caída del mismo, de tal forma que podríamos compensar las cesiones del mercado (y pérdida de valor de la cartera) mediante la venta a un determinado precio. En el segundo caso, incluso sin tener el activo subyacente, el inversor podría comprar una put para aprovechar la posible caída de la cotización.

Supongamos que una acción cotiza a 10 euros y que esperamos un movimiento bajista del mercado. En este caso, compraríamos una opción de venta de la acción (put) con un precio de ejercicio de nueve euros, cuyo coste (prima) asumimos que asciende a 0,50 euros. Si en la fecha en la que puedo ejercer mi opción, el precio de la acción se sitúa en seis euros, ejecutaría mi derecho, vendiendo la acción a nueve euros. Por tanto, obtendría un beneficio de 2,5 euros (nueve euros, que es el precio de venta, menos seis euros, que es lo que cuesta ahora, y menos los 0,50 euros pagados de prima). Teniendo en cuenta que la inversión sólo ha sido de 0,50 euros, el beneficio sería del 500% sobre el capital invertido.

Sin embargo, en caso de que el mercado evolucione en sentido contrario, la acción cotizaría por encima de nueve euros, con lo que no tendría sentido ejercer una opción de venta en nueve euros. En este caso, no la ejerceríamos, perdiendo los 0,50 euros de la prima (el 100% del capital invertido).

En definitiva, se trata de una estrategia en la que, si el inversor tiene absoluta certeza acerca de la dirección del mercado, puede resultar muy rentable. Los beneficios, en caso de que la dirección sea la esperada, son muy elevados, y el coste, en caso contrario, se reduce al pago de la prima desembolsada al contratar la opción.

Alfonso García Mora es responsable de Renta Variable en AFI.

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