Patines con ruedas de oro

No es fútbol, ni baloncesto, ni un deporte individual con mayor peso específico, como el ciclismo, el golf, el atletismo o el motociclismo. Incluso tiene menos fuerza que el patinaje sobre hielo, al que ha avalado siempre su pertenencia al programa de los Juegos Olímpicos de Invierno. Ni siquiera suena tanto como su hermano mayor de equipo, el hockey sobre patines. Pero como éste, que se ha llenado de triunfos históricamente frente a los otros grandes, Portugal, Italia y Argentina, el patinaje sobre ruedas tiene en Sheila Herrero a la más laureada del deporte español. La aragonesa, a sus 25 años, ya había superado las 200 medallas en distintas competiciones e incluso alcanzado la decena de oro en Campeonatos del Mundo. Pero en esta última semana ha logrado otro hito. Con sus cuatro títulos en los campeonatos disputados en Valence d'Agen (Francia) suma ya 14, uno más que los ya legendarios 12 + 1 de Ángel Nieto en motociclismo.

Sheila terminó ayer mismo su nueva serie de hazañas ganando el maratón sobre 42 kilómetros disputado en un circuito por las calles de la localidad del suroeste francés, a 100 kilómetros de Toulouse. Es su prueba preferida porque, al igual que sucede en modalidades como el atletismo, ha ido centrándose con los años en las mayores distancias. Incluso posee el récord del mundo, logrado en Santiago de Chile, en los Mundiales de 1999, donde sumó cinco títulos, con 1h 18m 1s. Sheila también tiene las plusmarcas en ruta de los 5 kilómetros (7m 52,95s, Pamplona, 1998), 10 (16m 36,14s, Santiago, 1999) y 15 (24m 57,82s, Barrancabermeja, Colombia, 2000).

La veteranía deportiva en su caso es muy particular porque se remonta a 20 años, el 80% de su vida. A los cinco logró su primer triunfo en los Campeonatos de Aragón y desde entonces no ha dejado de sumar éxitos en todas las categorías. Lejos quedan los primeros tiempos, con patines de cuatro ruedas (ahora son en línea), cuando debía entrenarse en el aparcamiento de un supermercado en Zaragoza, mientras su padre vigilaba la entrada o salida de coches, porque no existía un circuito, algo habitual en este deporte en el que la calle, con sus peligros, es el más extendido.

Patinando por amor al arte la mayor parte de su carrera, como suele ocurrir en los deportes de menor implantación, Sheila sólo logró un pequeño contrato profesional con el equipo Roces el año pasado en Italia, donde se cuida siempre más todo el deporte. Este año ha fichado por el estadounidense Verducci y en invierno incluso estuvo entrenándose en California, donde mejoró, sobre todo, su técnica en pista.

Sheila ganó precisamente en estos Mundiales 2001 sus dos primeros títulos en pista, sobre una cuerda de 200 metros, en 10 kilómetros puntuación-eliminación y en 15 eliminación (algo similar al ciclismo). Después, en circuito, sobre una cuerda mayor, de 400 metros, volvió a vencer en los 10 kilómetros puntuación-eliminación, antes de dominar el maratón final. A partir de ahora no habrá Mundiales cada dos años, sino que serán anuales, alternándose los de pista y los de circuito.

Los grandes dominadores del patinaje de velocidad sobre ruedas son los estadounidenses, que en Valence d'Agen doblaron en medallas a italianos, colombianos, franceses y argentinos, las otras potencias. En este mundo, Sheila es la excepción española, aunque esta vez ganara también un bronce en hombres Garikoiz Lerga. Por ello, la zaragozana, sin estadounidenses (Theresa Cliff, por ejemplo, que le quitó otro título mundial en los 5 kilómetros puntuación en circuito, en Valence y le dejó la plata), arrasó aún más en los pasados Europeos de pista de Paços de Ferreira (Portugal), hace mes y medio, donde consiguió seis títulos. Cinco logró en los anteriores de Latina (Italia), en 2000. Lleva la veintena, porque ésa es su media habitual: cuatro, cinco o seis títulos por campeonato. Dice que aún le quedan tres o cuatro años de competición antes de dedicarse a preparar niños. Estudios biomecánicos alargan su plenitud hasta los 31 años. Sus números deben aumentar.