Instituciones de la UE dejan la torre del Banco Atlántico por falta de seguridad
Problemas estructurales impiden adoptar el edificio a la legalidad vigente
La aplicación de leyes cada vez más severas en materia de seguridad y la dificultad para adaptarse a ellas está situando al límite de la legalidad algunas torres de oficinas de Barcelona construidas en los años sesenta y setenta. El edificio del Banco Atlántico, en la avenida Diagonal, es uno de los que sufre dichos problemas, lo que ha propiciado que las delegaciones de la Comisión y del Parlamento Europeo en Barcelona hayan iniciado los trámites para abandonar el edificio.
El delegado de la Comisión Europea en Barcelona, Josep Coll, advierte de que la torre del Banco Atlántico 'no cumple al 100% las medidas de seguridad para afrontar emergencias o problemas de higiene en su sistema de ventilación'. Coll afirma que la situación 'no es alarmante' y que el mantenimiento del edificio 'siempre se ha realizado a la perfección, pero algunos problemas estructurales impiden adaptar la torre a la legalidad vigente'.
La decisión de las instituciones europeas de abandonar el edificio estaba tomada mucho antes de que las acciones terroristas redujeran a escombros las dos torres gemelas de Nueva York.
Las delegaciones de la Comisión y el Parlamento Europeo se instalarán a partir de diciembre en el número 90 del paseo de Gràcia, en el entresuelo de un edificio que sí cumple las normas exigidas por Bruselas. Josep Coll dijo que los problemas de seguridad no son los únicos motivos del traslado: 'Este año expira el contrato con el Banco Atlántico y las instalaciones se nos han hecho pequeñas', puntualiza.
La torre del Banco Atlántico está considerada como el primer rascacielos de oficinas de Barcelona. Cuenta con 21 plantas, más 6 de sótano. Se construyó entre 1965 y 1970 para albergar las oficinas del banco, pero posteriormente se alquilaron varias plantas a empresas externas. El edificio tiene un sistema centralizado de ventilación y se han añadido separaciones que no existían en su configuración original.
Problemas por resolver
El director de la División Inmobiliaria del Banco Atlántico, José Luis Morillo, afirma que el edificio 'se está adaptando paulatinamente' a las nuevas medidas de seguridad. Durante los últimos años se han incorporado algunos vestíbulos estancos antiincendio y se han mejorado las escaleras de evacuación. Sin embargo, y según reconoce Morillo, 'quedan cosas por resolver, la mayor parte de ellas derivadas de la propia estructura del edificio'.
Según Morillo, no se puede decir que el edificio sea inseguro, aunque admite que no cumple la normativa al 100%.
Los problemas de seguridad de la torre del Banco Atlántico no son un hecho aislado. En Barcelona, todos los edificios de oficinas construidos durante los años setenta han tenido que adaptarse como han podido a las nuevas normas de seguridad. Fuentes del área de Prevención de los Bomberos de Barcelona aseguran que 'En general, hay un cumplimiento muy estricto de las normas de seguridad. Las empresas saben qué se están jugando con ello'.
Según los bomberos, los problemas más habituales de estas torres son las anchuras de las escaleras de emergencia. Según la ordenanza municipal de Condiciones de Protección contra Incendios, estas escaleras deben medir un metro de anchura por cada 200 personas que se tengan que evacuar. Aunque todos los edificios tienen escaleras de emergencia, algunas no cumplen con las medidas y son algo más estrechas de lo exigido. 'Muchas veces sólo es un problema de pocos centímetros', afirman los bomberos.
Lo que sí se exige es que los edificios altos tengan su plan de emergencia. Este plan es obligatorio para todas las torres de oficinas de más de 28 metros y para los edificios de viviendas de más de 40 metros. Edificios emblemáticos de Barcelona como la torre de La Caixa en la avenida Diagonal, el hotel Arts o la torre Mapfre cuentan con estos planes de emergencia, a menudo supervisados por los bomberos.
Instrucciones para desalojos
El plan incluye las instrucciones precisas sobre cómo actuar en caso de desalojo urgente. Para ello establece que exista un primer equipo de intervención en cada planta, compuesto por los propios empleados y responsables de las oficinas, que son los encargados de dar la alarma y notificar al servicio de seguridad el alcance y localización del fuego, así como de evacuar a todas las personas. Además, debe existir un segundo grupo de intervención compuesto por personal del propio edificio que será el encargado de apagar el fuego, hacer frente a la primera alarma y llamar a los servicios de socorro.
¿Se aplican con rigor estas medidas? 'En casi todos los casos, sí', aseguran los bomberos. 'Para tener licencia de actividades, todos los edificios de gran altura deben contar con un plan de emergencia'. Esta obligación, sin embargo, se ha burlado en algunas ocasiones.
La Ley de Intervención Integral de la Administración Ambiental, relativa a la seguridad en edificios, pretende acabar con los problemas de seguridad en un plazo de cuatro años. Según el reglamento de esta ley, el próximo 2 de enero comenzará la cuenta atrás para adaptar los edificios. Ello afectará sobre todo a aquellos edificios que cuentan con licencias de actividades provisionales.
Los bomberos de Barcelona abogan por controlar de cerca la construcción de nuevos edificios. En los últimos meses, este cuerpo de seguridad ha dado el visto bueno a la construcción de 10 torres, muchas de las cuales ya se están levantando en la zona del Fòrum 2004. También han realizado informes favorables para la construcción de otras cinco torres.
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