El consorcio de Alstom, CAF y Fiat fabricará para Renfe los AVE con cambio de ancho de vía por 19.200 millones

El controvertido programa de construcción de trenes de alta velocidad en España quedó cerrado ayer con la adjudicación del tercer contrato en juego: la fabricación de 12 trenes de alta velocidad dotados con cambio automático de ancho de vía. El consorcio formado por la francobritánica Alstom, la española Construcciones y Auxiliar de Ferrocarril (CAF) y la italiana Fiat fue el ganador.

El contrato, por el que también competía la española Talgo, de la mano de Adtranz, asciende a 19.222 millones de pesetas. La adjudicación fue decidida por unanimidad por el consejo de administración de Renfe, reunido en sesión extraordinaria, y culminó un triplete de contratos por un total de 180.308 millones.

La docena de trenes que fabricará el consorcio ganador, compuestos por cuatro coches, pueden circular tanto por las líneas de alta velocidad como por las convencionales, y podrán alcanzar una velocidad de 220 kilómetros por hora. Como en los dos concursos anteriores, Renfe se ha reservado una parte de la fabricación (un 20% en este caso).

La adjudicación supone poner fin al monopolio de la española Talgo en el mercado de los vehículos de doble ancho de vía, circunstancia que ayer subrayaron los ganadores del concurso.

El importe total del contrato -19.222 millones de pesetas- fue considerado 'muy ajustado' por fuentes del comité de empresa de Alstom. El consorcio perdedor, constituido por Talgo y por Adtranz, filial de Bombardier, había ofrecido construir los trenes a un precio de 2.100 millones de pesetas por unidad. La propuesta de los ganadores era más económica (1.600 millones por tren), recordaron fuentes sindicales.

La resolución del concurso de los trenes de ancho de vía variable supone la entrada en el mercado del sistema de cambio de ancho de CAF, el Brava.

Hace cuatro meses, Renfe también adjudicó a Alstom y a CAF la fabricación de 20 trenes pensados para cubrir los trayectos intermedios de la línea de alta velocidad entre Madrid y Barcelona y hasta la frontera con Francia.

El contrato de estas lanzaderas regionales, valorado en cerca de 38.000 millones de pesetas, neutralizó las advertencias de la compañía francobritánica sobre el futuro de sus plantas en España. Los interrogantes sobre las factorías de Santa Perpètua de la Mogoda (Barcelona) y Albuixech (Valencia) iban asociadas a la exclusión de este consorcio del que fue bautizado como el contrato del siglo: fabricar 32 trenes de alta velocidad que, a partir de 2004, unirán Madrid y Barcelona. Este contrato, de 123.186 millones, se lo llevaron Talgo, propiedad de la familia Oriol, y la multinacional alemana Siemens. Para la oposición, en esta decisión primaron las razones políticas frente a las técnicas.

Pese a que para Alstom no puede decirse que la compañía haya sido compensada por esta exclusión, la plantilla ha recibido como agua de mayo la nueva carga de trabajo que se le avecina. En particular, los 1.100 empleados de la planta de Santa Perpètua, aunque el inicio de la fabricación de los trenes puede que se demore casi un año, y la factoría se enfrenta a una bajada de trabajo en el primer semestre de 2002.