_
_
_
_
Reportaje:RISCO BENITO | EXCURSIONES

De El Escorial a los Alpes

Esta arista rocosa del monte Abantos es uno de los parajes más abruptos y vistosos de la sierra de Guadarrama

A Ortega y Gasset no le gustaban las montañas alpinas. Como él mismo decía en madrileño castizo: 'El Alpe no nos va'. He aquí el porqué: 'Prisioneros de un valle angostísimo, si queremos mirar necesitamos levantar por completo la cabeza, pegar a la espalda el occipucio y contemplar así una ladera que asciende casi perpendicular... El Alpe nos traga como a Jonás la ballena. En suma: que de puro querer ser grande, el Alpe resulta propiamente invisible'.

Ortega prefería la Sierra, que escrita así, con mayúscula, no podía ser otra que la de Guadarrama, tantas veces vista desde la casa que sus padres tenían en San Lorenzo de El Escorial, en el número 2 de la Casa de Oficios, allí donde estudió sus primeras letras y donde residió sin interrupción de 1914 a 1917, bajando tan sólo un par de días a la semana a Madrid para enseñar Metafísica en la Universidad Central. 'Las moderadas dimensiones de la Sierra', razonaba el filósofo, 'le permiten instalarse holgadamente en nuestro horizonte, dibujar claro sobre el cielo su perfil, gracioso y expresivo como un gesto, como un rostro viviente' (El Alpe y la Sierra, 1930).

¿Significa ello que nuestra sierra es toda sonrisas, comodidades y amistosas filosofías? En absoluto. Aunque predominan las cumbres suaves y andaderas, no deben olvidarse los broncos precipicios sureños de la Peñota, Siete Picos, la Maliciosa... Precisamente desde El Escorial de las meditaciones orteguianas se divisa el risco Benito, un paraje de aspereza netamente alpina, una arista de gneis de poco más de un kilómetro de longitud que se lanza hacia el sur desde casi la cima del Abantos, a 1.680 metros, hasta la carretera del puerto de Malagón, a 1.320, con sólo un tajo a media altura, llamado el Portacho, por el que los caminantes pueden abrirse paso.

Para ver más de cerca el risco Benito -también denominado arista de Abantos o crestería de los Riscos-, vamos a subir en coche desde San Lorenzo por la calle de la Carretera de la Presa, en dirección al puerto de Malagón. Nada más dejar atrás las últimas casas de la población, rebasaremos una barrera levadiza que suele estar abierta y, justo a los dos kilómetros de pasar ésta, alcanzaremos la base misma de la arista pétrea. Aquí la carretera -más conocida como Segunda Horizontal- ofrece un desvío señalizado al pícnic (sic) de la Penosilla y un mirador reconstruido en 1993 -tal reza una inscripción- con vistas a las Machotas, junto al que aparcaremos.

Por el ramal que va a la Penosilla -también asfaltado, pero cerrado al tráfico con barrera- caminaremos unos 50 metros para desviarnos a la izquierda por una vieja senda de herradura, la cual gana sin cesar altura zigzagueando primero por el pinar y luego por terreno despejado, y llevando siempre a poniente la arista rocosa que nos ocupa. Así, a la media hora de andar, y poco antes de adentrarnos en otro pinar, con la casita que corona el risco ya a la vista, detectaremos un desvío a la izquierda que lleva al collado del Portacho, desvío que no tomaremos, sino que lo reservaremos para la vuelta.

Culebreando finalmente por un espeso retamar, sin perder de vista la senda y los hitos que la jalonan, saldremos al rellano cimero a unos 200 metros a la derecha de la casilla de vigilancia de incendios del risco Benito, la cual ha cumplido tal cometido durante casi un siglo con la ayuda de la telegrafía óptica, el teléfono y ahora la radio. Es un lugar que impresiona -el vigilante nos confiesa que más de una noche de truenos ha preferido guarecerse en su todoterreno-, como impresionan sus vistas, pues está colgado a más de 600 metros sobre la vertical del monasterio de El Escorial. El regreso lo haremos por el mismo camino, pero cogiendo el desvío antes mentado hacia el Portacho, para atravesar el risco y entroncar del otro lado con el sendero GR-10, que desciende sin pérdida posible, entre marcas de pintura blanca y roja, hasta desembocar en la carretera a menos de un kilómetro del punto de partida.

Vista del monasterio de San Lorenzo de El Escorial desde el risco Benito.
Vista del monasterio de San Lorenzo de El Escorial desde el risco Benito.A. C.

A dos kilómetros de San Lorenzo

- Dónde. San Lorenzo de El Escorial dista 49 kilómetros de la capital yendo por la carretera de A Coruña (A-6) hasta Las Rozas y cogiendo el desvío a El Escorial (M-505). No obstante, el acceso más rápido es la salida 47 de la A-6, dirección El Escorial. Una vez en San Lorenzo, hay que subir por la calle de la Carretera de la Presa, poner el cuentakilómetros a cero al pasar por la barrera levadiza, seguir las indicaciones viales hacia el puerto de Malagón y aparcar a los dos kilómetros justos frente al mirador donde empieza la excursión. - Cuándo. Exceptuando el rigor del verano y los días de mucha nieve, cualquier época del año es buena para acometer esta marcha circular de unas dos horas de duración -cinco kilómetros-, con un desnivel acumulado de 360 metros y una dificultad baja. - - Quién. Domingo Pliego es el autor de Excursiones para colegios por la provincia de Madrid, guía editada por Desnivel en la que se describe una variante de esta ruta, partiendo del puerto de Malagón. - Y qué más. Cartografía: mapa excursionista Sierra de Guadarrama, a escala 1:50.000, de La Tienda Verde (Maudes, 23 y 38). En su defecto, hoja 18-21 (San Lorenzo de El Escorial) del Servicio Geográfico del Ejército, o 533 del Instituto Geográfico Nacional.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_