El valor catastral de la vivienda se incrementa en Guipúzcoa más de un 300% de media

El valor catastral de las viviendas de Guipúzcoa se multiplicará entre cuatro y cinco veces por término medio frente al valor actual (lo que supone un aumento de entre el 300% y el 400%), después de que la Diputación ponga en vigor, el próximo 1 de enero de 2002, los nuevos valores catastrales del territorio.

El diputado de Hacienda y Finanzas, Antton Marquet, quien presentó ayer la reforma, recordó que los valores catastrales no se tocaban en la provincia desde hace 25 años, por lo que los criterios utilizados hasta ahora estaban 'desfasados' y no tenían 'nada que ver' con la realidad del mercado inmobiliario.

El nuevo catastro, aprobado por el Consejo de Diputados el pasado 28 de agosto, afectará a viviendas, garajes, trasteros, industrias, comercios y solares y tendrá en cuenta el valor de la zona donde estén ubicados los bienes, el tipo de éstos, su superficie y su antigüedad.

En el caso de las viviendas, el valor catastral crecerá entre cuatro y cinco veces de media, llegando a multiplicarse hasta por 9,4 en alguna calle del centro de San Sebastián, lo que supone un incremento del 840%. De esta forma, por ejemplo, si hasta ahora el valor catastral de un piso de 140 metros cuadrados y 70 años de antigüedad ubicado en la calle de Hernani, una de las más céntricas de la capital guipuzcoana, era de 5.690.139 pesetas, a partir de enero de 2002 esta cantidad ascenderá a 53.607.864 pesetas. El precio de mercado de un piso en esta zona ronda actualmente el millón de pesetas por metro cuadrado.

Un piso de 90 metros cuadrados y cinco años de antigüedad en Intxaurrondo, barrio situado en la periferia de la ciudad, tiene ahora un valor catastral de 7.449.886 pesetas. El año que viene pasará a ser de 23.893.576 pesetas, 3,2 veces más.

'Por debajo del mercado'

'El valor catastral siempre estará por debajo del mercado, pero servirá para reflejar las diferencias de mercado', señaló Marquet, quien espera que la aplicación de los nuevos valores no suscite 'una reacción negativa de la ciudadanía', porque 'todo el mundo ha de entender que la redistribución es un acto de justicia social necesaria'.

Los nuevos valores servirán de referencia para las operaciones que se realicen con la Administración, como el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Los ayuntamientos tienen diez días para modificar los tipos impositivos de este impuesto, que tendrán que fijarse entre el 0,04 y el 0,4%, frente a la horquilla actual, que va del 0,4 al 1,5%. Así, indicó Marquet, los cambios no se traducirán en un aumento de la recaudación, sino que propiciarán una 'redistribución' en el pago, de forma que los inmuebles de zonas muy cotizadas verán subir su contribución y los que están en espacios menos cotizados se verán beneficiados.