La sub 21 se complica la vida
El equipo de Sáez cae ante Francia, sólo será segunda de grupo y ve peligrar su clasificación
España tendrá que esperar. Será segunda de su grupo y ya no depende de sí misma. Su clasificación para los octavos de final del Europeo queda a expensas de lo que ocurra en otros grupos, aunque muy mal se tienen que dar las cosas para que no consiga ser una de las siete mejores segundas de la competición. Pero a día de hoy sólo se sabe que no será primera. Y no lo será porque un equipo mejor, que tiene a tipos determinantes en el ataque -y España, por lo visto ayer, no- le pasó por encima.
Como si le fuera la vida en ello, que no le iba porque le bastaba un empate, saltó Francia al césped. Y eso que los días previos el equipo había asumido un rol de víctima que, visto lo visto, tenía poco de cierto. Su gran estrella, Cissé, una de las grandes sensaciones de la Liga francesa, donde lleva siete goles en cinco partidos, acumuló hasta tres ocasiones claras en 20 minutos. No marcó la primera, por poco; tampoco la segunda, por menos. Pero sí la tercera. Y de qué manera. Combinó con dos compañeros y encontró el balón al borde del área grande. Los centrales españoles, Boris y Lopo, llegaron tarde al cruce, y Cissé lanzó una volea espectacular que se fue dentro.
España, por entonces, andaba por detrás en todo. En juego, en ocasiones y en carácter. Joaquín y Vicente, los dos jugadores llamados a desequilibrar en las bandas, no recibían en condiciones y el equipo de Sáez sólo fue capaz de salir del atasco con balones largos y estériles que volaban hacia Pablo. Viéndose por delante, Francia renunció al balón y optó por quitarse de problemas buscando, y encontrando, a Cissé, un tipo que tardaran en olvidar los defensas españoles, q a quienes levantó un dolor de cabeza en cada movimiento.
España mejoró cuando se hizo con el balón. Vicente se dejó ver, aunque sin exagerar, y Joaquín tuvo una ocasión impagable, solo como se quedó ante Landrau, que no tuvo problemas para sacar el sucedáneo de disparo que aquél le remitió. En ese instante, Cissé era atendido en la banda, de donde no volvería tras sufrir un par de tarascadas que no reflejaron sino la impotencia de la defensa española para detener al mejor futbolista que por allí merodeaba. Una jugada en la que Aranzubia se comió un centro al ser estorbado en el área pequeña, provocó el segundo tanto francés y el tercero no hizo sino cerrar un conflicto que desde el primer instante pareció decidido a favor de un equipo. Del mejor equipo.
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