El asesino frustrado de Rodríguez Menéndez niega ahora que la ex mujer del letrado esté implicada
'Nacho' afirma que mintió al decir que Laura Fernández le ofreció 50 millones por matar a su marido
La jornada inicial del juicio que se celebra en la Audiencia de Madrid por el intento de asesinato del abogado José Emilio Rodríguez Menéndez deparó ayer la primera sorpresa. José Ignacio Rocha, Nacho, autor confeso del disparo que a punto estuvo de costar la vida al letrado el 17 de junio de 1999, abjuró de sus tres declaraciones anteriores y exculpó a la ex esposa del letrado, Laura Fernández, de haberle inducido al crimen. 'Pero ¿usted ha declarado que ella le ofreció 50 millones, un [reloj] Cartier y un polvo a cambio de matar a su marido?', preguntó la acusación. 'No, eso es falso'.
La acusación prosiguió: 'Pero usted firmó esas declaraciones, primero delante de la policía y después ante el juez y el fiscal'. 'La policía me presionó e indujo mis declaraciones para que implicase a Laura; yo no quería que detuviesen a mi esposa, que estaba embarazada', contestó Nacho. El fiscal acusa a José Ignacio Rocha de intento de asesinato y a Laura Fernández de inductora, y pide para ambos 12 años de prisión. Junto a ellos se sientan también en el banquillo Ángel Suárez, Cásper, amigo y socio de Nacho, como encubridor, y Rafael Bravo, el conductor de la Kawasaki desde cuya parte trasera Nacho disparó al abogado.
Con un discurso resuelto, nada timorato y plagado de contradicciones, Rocha declaró que su objetivo no era matar al letrado. Según él, se le disparó la pistola cuando pretendía hablar con Rodríguez Menéndez para recriminarle el supuesto maltrato que Laura Fernández le contó que le infligía. Dueño de un local de venta de coches de lujo, Nacho narró al fiscal que conoció a Laura cuando ésta se interesó por un Mercedes para su marido. 'Me soprendió al decirme que quería un coche para su marido y que ella debía llevarse una comisión. Todo era sarcástico... pues el coche era para su marido; la verdad es me dio morbo y entré al trapo', relató.
Flirteos
Este primer encuentro se produjo en los primeros día del mes de junio de hace dos años. Según el procesado, en la segunda cita, con la excusa de concretar detalles sobre el coche, Laura Fernández comenzó a 'flirtear' con él. Nacho agregó que hubo otros 'cinco o seis encuentros' con ella, pero sin ningún 'contacto sexual', aclaró. Y añadió que, durante las citas, Laura, 'a veces llorando', le comentó 'barbaridades de su marido' y 'lo mal que se portaba con ella'. Fue éste el motivo por el que quiso darle un escarmiento verbal, 'pero no matarle'. Según el sumario, a las 00.45 del 17 de junio de 1999, Nacho, subido de paquete en una Kawasaki conducida por el también procesado Rafael Bravo, disparó contra el abogado cuando éste se aproximaba en su Mercedes 600, procedente de Bilbao, a su casa de Las Rozas. La bala le perforó un pulmón y segó la vena cava del abogado.
Alicia Moreno, abogada de Rodríguez Menéndez, preguntó a Nacho que de qué conocía al letrado como para dialogar sobre un asunto familiar. 'Me lo tomé como algo personal desde que dí mi hombro a Laura para que ella se desahogase', respondió el autor del disparo.
- Si lo que quería es hablar, ¿por qué llevaba usted una pistola?
- Fue por precaución. Laura me dijo que en el coche también viajaba el escolta de su marido, que estaba mal de la cabeza.
Nacho añadió que el disparo fue 'accidental'. 'Toqué a la ventanilla del coche para que se bajase y hablar con él, vi que el escolta sacaba una pistola, metí la mano en mi mochila para sacar la mía y se disparó', aseguró el procesado.
Más exculpaciones
José Ignacio Rocha también exculpó a su amigo y socio en el local de venta de coches, Ángel Suárez, Cásper, investigado por la policía como supuesto cabecilla de una banda dedicada a robar en entidades bancarias. Tras ser tiroteado el abogado, su escolta se bajó del coche y efectuó seis disparos contra los ocupantes de la moto, que huían. Un tiro impactó en el glúteo de Nacho, quien llamó a su amigo Cásper para que le buscase un 'médico de confianza'. La policía, que tenía pinchado el teléfono de Cásper, oyó la conversación y detuvo a ambos, al segundo como encubridor. De lo único que no se desdijo ayer Nacho fue de que él y Laura planearon robar en la mansión de Las Rozas en la que vive Rodríguez Menéndez. Había 80 millones de pesetas en una caja fuerte.
Jaime Sáez de Bremón, abogado de Laura Fernández, pidió al tribunal que ordenase la escucha de una cinta, grabada por Nacho ignorándolo Laura, en la que figuran conversaciones mantenidas entre ambos previas al intento de asesinato. En esa cinta, Nacho y Laura hablan del robo, que no se llegó a perpetrar. El objetivo de Sáez de Bremón es demostrar que Nacho es 'un mentiroso' y que sólo él tramó la muerte del letrado. 'Mi cliente tiene una parte de responsabilidad en lo que se refiere al plan para el robo, pero no en el intento de asesinato de José Emilio', puntualizó.
El juicio prosigue hoy con la declaración de Nacho. Después llegará la de Laura Fernández.
La huella de dos años de cárcel
El aspecto que lució ayer ante el tribunal Laura Fernández, de 31 años y ex esposa del abogado José Emilio Rodríguez Menéndez, dista mucho del que presentaba hace sólo dos años, cuando fue detenida por la policía como supuesta inductora del intento de asesinato de su ex marido. Los dos años que lleva en la cárcel de Soto del Real han hecho mella en la que fuera fugaz esposa del famoso abogado. Vestida con camisa beige, pantalón verde caqui y sandalias de plataforma, Fernández acudió a su juicio esposada y con un aspecto muy desmejorado: 'Al menos ha perdido ocho kilos', aventuró un asistente a la vista. Sí conserva el color rubio, ahora oxigenado, de su pelo, que peina en una larga cola de caballo. Laura Fernández escuchó la versión de José Ignacio Rocha, Nacho, a quien supuestamente indujo para que matara a su ex esposo, sin hacer gestos de aprobación o reproche. Eso sí, eludió sentarse junto a él. Su mirada, aparentemente impasible, sólo varió en un receso y al final del juicio, y fue para lanzar una sonrisa a un asistente al juicio, posiblemente un familiar. Su actual abogado, Jaime Sáez de Bremón, aseguró que su defendida ya no está interesada en recuperar las joyas, enseres y prendas, valoradas en 32 millones de pesetas, que dejó en casa de su marido antes de ser detenida. 'Fueron sus anteriores abogados los que hicieron las gestiones judiciales para recuperar esas prendas', subrayó. Pese a que Nacho se retractó y la exculpó como inductora del intento de asesinato de Rodríguez Menéndez (antes la había inculpado en tres ocasiones), su futuro inmediato parece incierto. El fiscal pide para ella 12 años de cárcel. Su abogado sostiene que, como mucho, Fernández planeó con Nacho un robo en casa de su marido, pero no un asesinato. La abogada de Rodríguez Menéndez discrepa: 'Fue ella', indicó ayer Alicia Moreno, 'quien facilitó a Nacho los datos del viaje y el número de personas que iban con mi cliente en el vehículo, y la que le convenció para que fuese a casa esa noche en lugar de viajar directamente desde Bilbao a Málaga, donde [el abogado] tenía un juicio al día siguiente'.
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