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LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

La Junta de Andalucía 'no comparte' la crítica del monarca

Mohamed VI ha querido con sus acusaciones responder al ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, quién a finales de agosto convocó a un representante marroquí en España para propinarle un tirón de orejas por su laxitud ante la inmigración.

Esta es la interpretacióin que hizo ayer de las palabras del rey de Marruecos el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, en un chat del portal Eresmas. 'Todos sabemos que hay un control deficiente por parte de Marruecos (...) aunque creo que la política exterior es diálogo', añadió antes de pedir al presidente José María Aznar que se reúna cuanto antes con su homólogo Abderraman Yussufi.

La Junta de Andalucía estuvieron ayer, por una vez, casi de acuerd con el Gobierno central. Aunque en términos más suaves que el secretario de Estado de Exteriores, Miquel Nadal, el Ejecutivo autonómico dejó claro que 'no comparte' las palabras del monarca sobre las mafias de traficantes asentadas en España y el origen español de las pateras.

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Gaspar Zarrías, el consejero de la presidencia andaluza, pidió a las autoridades marroquíes, tras la reunión del Consejo de Gobierno, que no echen más leña al fuego. 'Si lo que hacemos es tirarnos la pelota los unos a los otros no se solucionará el problema'. 'Hay mafias en el Norte de África y en el Sur de Europa y están perfectamente conectadas (...)'.

El único político que se mostró escandalizado por la denuncia del soberano fue el portavoz parlamentario de IU, Felipe Alcaraz. Consideró 'gravísimas' las acusaciones y pidió que sean contestadas 'al mismo nivel' que Aznar.

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'Si Aznar hubiese contestado, la polémica subiría de tono con Marruecos', señala un alto cargo del Ejecutivo. 'Para rebajar la intensidad del debate se ha optado porque responda no un ministro sino un secretario de Estado'. 'Las palabras del rey no nos chocan. Reiteran argumentos tradicionales marroquíes, aunque, eso sí, con más precisión. No los compartimos, pero los respetamos. Lo que nos sorprende es que sea el jefe del Estado el que entre en tales vericuetos. ¿Es ese su papel? ¿No debería ser más bien el de un jefe de policía?'.

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