Alperi ofrece a Correos permutar su sede en Alicante por una parcela que no es edificable
El solar de Mercalicante se expropió para un uso distinto al que quiere darle el alcalde
Mediante un rocambolesco trueque inmobiliario, el alcalde de Alicante, el popular Luis Díaz Alperi, ha dado los primeros pasos para que el edificio histórico de Correos en la ciudad, en la plaza de Gabriel Miró, sea de titularidad municipal y pueda rehabilitarse para uso público. Pero la operación presenta tantos inconvenientes, algunos de ellos legales, que difícilmente podrá cerrarse. La parcela que el alcalde ofrece a Correos para que este organismo construya una gran sede no es edificable y, además, ese suelo se expropió para uso agroalimentario, no para servicio postal.
La operación consiste en permutar una parcela de la que es titular la sociedad mixta Mercados Centrales de Abastecimiento de Alicante, Mercalicante, por el inmueble de Correos en Alicante, hoy en desuso y protegido por ley por su valor histórico. El consejo de administración de Mercalicante, que preside el alcalde, autorizó ayer a la sociedad mixta la venta al Ayuntamiento de una parcela de 15.000 metros cuadrados. Una vez el consistorio sea titular del terreno éste se permutaría por el inmueble que ha albergado durante décadas los servicios postales de la ciudad, cuyo destino final podría ser un centro de salud.
Desde la óptica del gobierno local, la ciudad saldría beneficiada con la permuta, pero el Ayuntamiento se ha topado con al menos tres problemas de calado que hacen que formalizar el trueque sea prácticamente imposible. Primero porque ni siquiera hay acuerdo con Correos, segundo porque el terreno de Mercalicante no es edificable en la actualidad y tercero porque la parcela en cuestión se expropió en su día a particulares bajo el pretexto de construir una unidad agroalimentaria, no un centro postal. Esto podría dar pie a los antiguos propietarios a pedir la nulidad de la expropiación, aunque la sociedad estatal Mercasa, socio de Mercalicante, sostuvo ayer verbalmente en el consejo de administración que tal reclamación no prosperaría.
Aunque el autor material de la propuesta, el concejal popular Juan Zaragoza, no informó ayer de todos estos inconvenientes en su comparecencia ante los medios, sí se mostró cauto, sabedor de la dificultad del acuerdo. 'El acuerdo no está cerrado', dijo. No obstante, el consejo de administración de Mercalicante dio el visto bueno a la enajenación de la parcela. Pero lo hizo con un condicionante: la venta sólo se formalizaría si finalmente se llega a un acuerdo con Correos.
La operación aún es más complicada: además de la sede histórica de Correos, el Ayuntamiento quiere la titularidad del centro de clasificación postal que el organismo tiene en la plaza de la Luna, a las afueras de la ciudad, para instalar allí un subcuartel de la Policía Local y, por último, reclama al organismo público que construya una estafeta en la zona norte de la ciudad, donde el servicio postal es muy deficitario.
Dos subastas fallidas
Correos y Telégrafos ha intentado sin éxito desprenderse en dos ocasiones de su sede histórica en Alicante por la vía de la subasta pública. Primero tasó el edificio en 524 millones de pesetas, pero nadie pujó por el inmueble, cuya rehabilitación se ha estimado en unos 500 millones. Luego, en su segundo intento, rebajó el precio de salida a 454 millones, pero la subasta quedó igualmente desierta. El edificio, protegido por la ley de patrimonio, lleva dos años clausurado, lo que ha acelerado su deterioro. Los grupos de la oposición municipal han presentado diversas iniciativas para frenar el deterioro del inmueble, aunque ninguna de ellas ha prosperado frente a la mayoría absoluta del PP en el gobierno local. De no ser por los inconvenientes que contiene la propuesta del alcalde de Alicante para permutar una parcela de Mercalicante por el inmueble de Correos, al Ayuntamiento le saldría barata la operación, ya que obtendría la parcela de Mercalicante a un precio muy inferior al de mercado. Todos los terrenos de la instalación agroalimentaria revertirán al Ayuntamiento dentro de 24 años y, por tanto, el precio de venta sería considerablemente inferior al real.
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