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Reportaje:

La ronda de Savater

El escritor hizo del mal trago del pregón de Elciego una invitación a echar unos tragos juntos

Le recibieron con aplausos y tras la lectura del pregón le regalaron una cerrada ovación. Los habitantes de la localidad riojano-alavesa de Elciego agradecieron al filósofo y escritor Fernando Savater la inteligencia con la que superó su cuestionada designación como pregonero de las fiestas que comenzarán el viernes. Con dos toques de humor despachó las críticas de los concejales del PNV y EA, que calificaron al miembro de la plataforma Basta Ya! de 'personaje hostil' al nacionalismo, y los prejuicios del párroco del pueblo, que no autorizó la lectura del pregón en la iglesia, como otros años, porque el pregonero 'crea divisiones'. Savater transformó el presumible mal trago en un llamamiento a todos los vecinos para que echaran unos tragos juntos.

El acto fue breve y musical, de la tierra, con gaiteros locales, grupo de danzas y la coral de San Andrés. El que fuera pregonero de Elciego hace doce años -'cuando tenía pelo'-, el televisivo Antxon Urrusolo, hizo de introductor de cada una de las actuaciones. Con las tablas de un profesional y las anécdotas recuperadas de su amplia trayectoria periodística fue capaz de disolver la tensión que precedía al momento.

Los ertzainas que velaban por la seguridad del acto, los escoltas y la nube de periodistas atraída por el conflicto político-eclesiástico, pasaron a un segundo plano. El presentador arrancó la primeras carcajadas de la gente y consiguió que los congregados comenzaran a participar desde la plaza. Incluso regaló medio puro a un vecino. Medio puro Toscani -italiano, claro- que al parecer Savater también saboreó 'como un placer sencillo de la vida' hace años. Para cuando el filósofo se acercó al micro, su telonero de lujo le había dejado al público entregado.

Hacía calor. El mismo sol casi de agosto que ya ha dado a la uva unos 11 grados - 'la cosecha de este año va a ser excelente, ilustró con tono de experto un modesto viticultor de Leza que había escoltado a Savater hasta la balconada de la Casa Consistorial-. Desde allí, tras un breve pretexto histórico de dos párrafos, se dirigió a todos los que se les ha atragantado su perfil más político y les mostró el de 'simple bebedor' de los caldos de Elciego, 'una de las capitales mundiales' del vino.

Al cura le recordó, con una de esas sonrisas torcidas que extrae de su catálogo de formas educadas, pero con una pizca de mala leche: 'Me han traído aquí porque soy un simple bebedor, porque si hubiera sido un santo bebedor estaría leyendo el pregón en la Iglesia de San Andrés'. A más de uno se le cayó una carcajada.

Después se dirigió a los nacionalistas del PNV y EA: 'Aquí no hay vino peleón. El néctar de Elciego no está hecho para provocar peleas y discordias sino para fomentar la cordialidad entre los humanos que beben juntos en armonía'. Los vecinos creyeron atisbar incluso un punto de ternura, pero no era el momento de un sentimiento semejante y lo transformaron en ironía. 'Joder, quiere que nos emborrachemos todos juntos', le dijo un padre joven con carrito a su compañera.

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Y es que, más o menos, era eso. Savater, desempolvando la leyenda que dice que 'quien bebe del vaso de otro adivina sus pensamientos', animó a los vecinos de Elciego a beber juntos e intercambiar de vez en cuando sus vasos como 'una forma de propiciar el entendimiento entre las personas'.

La ruidosa sombra de la polémica le había perseguido al polémico Savater hasta el único pueblo de Álava con alcalde socialista -Rafael Cruz ganó por un voto a la coalición EA-PNV en las elecciones de junio de 1999-.Quizás por eso destacados miembros del PSE, como su amigo Mario Onaindía, Javier Rojo o María Teresa Rodríguez Barahona prestaron su figura para respaldar al escritor y al propio al alcalde. Y quizás por eso Savater invitó a los vecinos a que se tomaran unas rondas y a que experimenten el intercambio de vidrio. 'Que nadie beba solo para excitar la hostilidad entre sus vecinos, compartamos mejor el vino como tenemos que compartir nuestras villas y nuestras vidas', conminó.

La mayoría le hizo caso. Posiblemente, con tanto calor la gente tampoco necesitaba que le insistieran demasiado. Al fin y al cabo estaban en su pueblo.

Una caja sospechosa

Salvo la amplia presencia de medios de comunicación, escoltas y ertzainas, el único síntoma de la discordia que ha precedido a la lectura del pregón en Elciego fue la detonación de una caja sospechosa en las proximidades del Ayuntamiento de la localidad vinícola. Varios vecinos alertaron a los agentes que una caja sospechosa había sido depositada en la puerta de Correos, junto al Consistorio. Ante la posibilidad de que se tratara de un artefacto explosivo colocado a propósito para boicotear el acto, los equipos de desactivación de la Ertzaintza se acercaron y lo explosionaron con una pequeña detonación controlada. Resultó ser una falsa alarma. La caja estaba vacía del todo y posiblemente fue dejada en el lugar sin ninguna intención. Nadie había avisado de la colocación de un artefacto y nadie hizo a posteriori llamada telefónica alguna para reivindicar el olvido premeditado de una caja vacía con apariencia sospechosa.

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