Una práctica 'pública y notoria'

'Hay payeses que no escarmentarán hasta que la inspección de Trabajo les meta un buen palo, pero lo de Sant Pere Pescador es vergonzoso', afirma Joan Caball, coordinador del sindicato agrario Unió de Pagesos. El dirigente agrario admite que la contratación de trabajadores clandestinos en el campo catalán es una práctica 'pública y notoria' que no han conseguido erradicar a pesar de sus llamamientos a la concienciación del payés.

Caball advierte de que nadie puede escudarse tampoco en la voluntad de ayudar a las víctimas de la inmigración ilegal. 'Lo primero es cumplir la ley, nos guste o no', puntualiza.

El servicio de contratación de trabajadores de Unió de Pagesos ofreció a los fruticultores del Alt Empordà la posibilidad de cubrir todas las demandas de temporeros de la zona siempre y cuando se solicitaran con antelación y los trabajadores tuvieran sueldos bajo convenio y alojamiento digno. Sólo se han cubierto 70 demandas de temporeros, cuando las previsiones de recogida de fruta estiman que serán necesarios 1.300 trabajadores en jornadas de nueve horas para recoger una cantidad total de 37 millones de kilos de manzanas.

En Cataluña se ha detectado durante el primer semestre del año un caso de mano de obra ilegal por cada 2,3 inspecciones de trabajo. No obstante, las inspecciones en las zonas fruteras del Alt Empordà no parecen haber erradicado esta práctica. Entre los inmigrantes existe el convencimiento de que los patronos conocen de antemano las inspecciones. 'Muchas veces nos dicen a los que no tenemos contrato: mañana no vengas que hay inspección', relata un inmigrante que lleva algunos años participando en la campaña de la manzana.

Joan Caball no tiene reparos en admitir que esta temporada les han hecho saber que las inspecciones de Trabajo no se andarán con chiquitas y advierte de que el sindicato no moverá ni un dedo para ayudar al empresario que sea 'cazado' con trabajadores temporeros sin contrato.