Sancionado José Tomás por el toro que no mató en San Isidro

"En estos días, José Tomás ha tenido que recibir la notificación con la multa". La frase es pronunciada en el despacho de la dirección general de Turismo de la Comunidad de Madrid, organismo del que dependen los asuntos taurinos. La portavoz continúa: "No es una sentencia firme. El matador puede recurrirla". La jefa de comunicación del diestro de Galapagar responde: "José no tiene nada que decir al respecto. Eso es cosa de sus abogados".

¿Y a cuánto asciende la multa? "Hasta que no sea definitiva, no debemos dar ese dato", contestan en Turismo. Así las cosas, el expediente sancionador abierto el pasado 20 de junio al torero José Tomás cobra efecto tras un largo proceso no exento de accidentes. Semanas antes, el 1 de junio, con la corrida de Adolfo Martín anunciada en el cartel en plena feria de San Isidro, el espada fue incapaz de dar muerte a su enemigo tras reiterados intentos. Entonces, impotente, decidió retirarse y esperar a que sonara el tercer aviso; señal de que el animal debe ser devuelto a los corrales. No fue así y, con los lomos agujereados, el astado se limitó a hincar la rodilla en la arena.

Falta grave

Pues bien, la multa de una cuantía aún ignorada que ahora cobra efecto podría estar, tal y como recoge el reglamento taurino, entre los cinco y los 10 millones de pesetas. Es considerada una falta grave. De esta guisa, se acaba un largo trayecto que ha conocido de todo: incluidas las pérdidas de papeles y la dimisión del presidente de la conflictiva tarde. El acta de la corrida se extravió en el trayecto que va desde la plaza de Las Ventas hasta la Dirección General de Turismo. De hecho, tardó exactamente 19 días en atravesar Madrid. Hasta el día 20 de junio no se abrió el expediente sancionador y la Administración se limitó a declararse muda porque no se encontraban los papeles.

A consecuencia de todo lo anterior, al presidente Manuel Muñoz Infante se le impidió desempeñar sus funciones en la tradicional corrida de Beneficencia, celebrada el 14 de junio. Él fue también el presidente durante la conflictiva corrida del 1 de junio y a él se le responsabilizó de la pérdida del acta. A continuación, Muñoz Infante, indignado con su destitución, solicitó ser relegado del cargo.

Por otra parte, en esa misma corrida de José Tomás, el presidente ordenó que se recogieran muestras biológicas de las reses lidiadas. La idea era determinar si se utilizó algún tipo de sustancia estupefaciente dado el anómalo comportamiento de las reses durante la lidia. Según el ganadero, Adolfo Martín, no se encontró nada y así se lo hizo saber la Asociación de Ganaderías de Lidia, a su vez informada por los veterinarios de la plaza de Las Ventas.