_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Rabal

Paco Rabal ha sido uno de esos seres humanos insólitos, extraordinarios, que ha vivido y sobrevivido en situaciones políticas muy diversas -infancia y adolescencia con la República, madurez con la dictadura y un pletórico crepúsculo con la democracia-, desarrollando una profesión que nació y pulió desde el más puro autodidactismo, y acumulando un enorme caudal de cariño y respeto populares. Y todo ello sin renunciar en ningún momento y bajo ninguna circunstancia, por adversa que fuera, a sus ideales comunistas y a su concepto de la dignidad humana.

Su largo currículo profesional y los numerosos premios y reconocimientos nacionales e internacionales recibidos hacen innecesario glosar sus cualidades de actor extraordinario, lo que incluso sería reducir su figura a una sola de sus muchas facetas. Paco Rabal fue mucho más que un cómico, como gustan llamarse sus compañeros de generación y gremio. Fue un personaje que sedujo con su autenticidad a cuantos trató a lo largo de su vida: desde sus vecinos de Águilas (Murcia) a sus compañeros de militancia en el partido comunista, pasando por los intelectuales y amigos pertenecientes a todas las clases sociales de una España que, sorprendentemente, era capaz de producir seres tan coherentes y admirables como Paco Rabal en un medio tan mediocre y cruel como el franquismo. Quizás uno de sus descubrimientos fue, precisamente, comprender y aceptar que las miserias y grandezas del ser humano son más o menos las mismas en todas partes.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_