'El humor es el vehículo más eficaz para contar historias tremendas'
El director de cine Javier Rebollo (Bilbao, 1960) no puede, ni seguramente quiere, ocultar su entusiasmo por su última película, Marujas asesinas, que se estrena hoy en salas comerciales. Seguramente, las 150 copias que se han distribuido de la cinta, y los primeros aplausos recibidos, tienen algo que ver. La cinta de la que Rebollo es coguionista, junto a la periodista y escritora María Eugenia Salaberri, es una comedia negra y ácida, que revuelve al espectador a través del humor.
Pregunta. La película está llena de humor, pero también es una historia dura, que mantiene al espectador pegado a la silla pensando 'y ahora, ¿qué?'
Respuesta. Detrás de la historia de la maruja psicópata que descubre que el crimen es adictivo, está el dinero, la manipulación, el sexo, la locura, los celos, la muerte. Es decir, palabras muy dramáticas. En una comedia negra, el humor es el vehículo más eficaz para contar las historias más tremendas de una manera divertida, irónica. Me gustaría que el espectador que se está riendo, sin transición y sin que se dé cuenta, realmente llegue a pasar miedo, para luego, al cabo de un rato, reírse de nuevo. Es una especie de recorrido emocional por el que el espectador queda atrapado en la historia.
P. ¿Empieza a ser historia el desprecio por el cine español?
R. Hace bastantes años, la gente iba a ver el cine español, y había grandes comedias. Por cierto, que esta película podría conectar con el humor de Berlanga, y del neorrealismo italiano. Luego, hubo una época en la que la gente no iba a ver películas españolas y ahora se está recuperando, con grandes taquillas, en comedias negras, como La comunidad, Torrente o Año mariano. Eso es con lo que la gente conecta, y esta película va por ahí.
Guión
P. Ha dicho que el 90% de las películas fracasan por un mal guión. El de Marujas asesinas fue corregido una y otra vez hasta su versión definitiva, la novena.
R. El guión tiene que tener un punto de partida bueno. Y luego, desde luego, trabajarlo muchísimo. Hay que seguir bien la línea argumental, que los personajes secundarios vayan alimentando bien la línea central y que luego todo cierra y concluya. Nos planteamos varios finales, algunos más ligeros, pero queríamos cerrar muy bien la historia, y acabar de una manera contundente, casi como un puñetazo. Pero, sin salirnos del tono de la película, que es comedia negra, humor negro, pero que muy negro.
P. ¿Ha sido un rodaje sencillo?
R. Estaba todo muy medido. Suele ser más complicado cuando ruedas en la calle. He intentado hacer una película muy realista porque, ya que es una pasada muy grande, lo que me importaba es que todo fuera muy creíble. Los actores han controlado mucho sus papeles. No hay nada de parodia ni de caricatura. Lo mismo ha pasado con el vestuario, con los decorados, con las calles. Se ha cuidado todo mucho. Ha sido estupendo y todos nos hemos divertido muchísimo. Neus Asensi, la protagonista, dice que nunca se lo ha pasado tan bien en un rodaje y los demás, igual.
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