Natación sin domingueros
Sólo tres piscinas municipales de Sevilla permiten usos lúdicos en verano
Las piscinas municipales funcionan en muchas localidades del interior como pequeñas playas urbanas. De los 104 municipios de Sevilla, todos menos cuatro cuentan con alguna de estas instalaciones: piscinas que se utilizan en invierno para practicar natación pero que ganan protagonismo en verano, cuando se llenan de vecinos en busca de una jornada más lúdica que deportiva.
En Sevilla capital, sin embargo, los responsables políticos aseguran que no existe esta demanda. Casi todos los barrios de la capital cuentan con una piscina, nueve en total, en las que se imparten clases de natación o incluso de gimnasia terapéutica, pero sólo en tres -Torreblanca, Sevilla Este y Tiro de Línea- existe la posibilidad de pasar un día entero. Otras dos -Rochelambert y Mar del Plata- restringen este uso lúdico a los fines de semana.
En Madrid, por ejemplo, existen casi medio centenar de estas instalaciones al aire libre, y la mayoría están abiertas al público. Aunque ninguna gran capital andaluza se acerca a esa cifra, el número de piscinas familiares de Málaga y Granada sí que supera al de Sevilla, a pesar de que son provincias abiertas al mar, lo que, se supone, disminuye la demanda.
En la capital malagueña existen ocho piscinas municipales, aunque tres de ellas las gestionan empresas privadas Las otras cinco están abiertas a todo el público y compaginan el uso deportivo con el recreativo. En Granada, nada más hay dos piscinas municipales, y sólo una está pensada para uso lúdico; sin embargo, la oferta de este tipo de instalaciones está cubierta gracias a que otras dos piscinas privadas y una de la Universidad permiten el uso familiar con tarifas muy populares.
Entre las capitales de interior, tanto Córdoba como Jaén cuentan con tres de estas instalaciones pensadas para sobrellevar mejor el verano. El mismo número que en Sevilla, pero a repartir entre una población mucho menor: alrededor de 310.000 cordobeses y 108.000 jiennenses frente a unos 750.000 sevillanos.
El delegado de Deportes del Ayuntamiento de Sevilla, Pablo de los Santos (PA), reconoce que los proyectos de su departamento pasan más por construir piscinas cubiertas y cubrir todas las existentes que por ofertar estas instalaciones como alternativa veraniega para los que pasan en la capital los meses de más calor.
En la mayoría de los casos, las actividades que ofertan estas instalaciones para los meses de verano son las mismas que en el resto del año. Y tampoco varían los usuarios. Existe un plazo de inscripción para poder acceder a estas piscinas en julio y agosto, pero las personas que acuden durante todo el año suelen tener preferencia. Aquí radica, según el delegado, otra de las razones para justificar la falta de piscinas abiertas al público: 'Los usuarios habituales pagan sus cursos o sus abonos y no se les puede cortar su actividad', subraya.
De los Santos insiste en que la proliferación de piscinas pensadas sólo para nadar en detrimento de las de uso familiar no se explica por razones económicas, aunque nadie duda de que los alumnos y los abonados aseguran unos ingresos mínimos, imposibles de garantizar en las piscinas de libre acceso.
La cercanía de la playa es una de las razones básicas en la que De los Santos apoya su tesis de que no hacen falta piscinas de verano. 'Sevilla está a una hora de playa y a una familia le sale más barato coger el coche el domingo para ir a la playa que entrar en una piscina', asegura. ¿Y el resto de la semana? El delegado insiste en que no hay oferta porque no hay demanda.
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