La costa reúne a la mayor parte de submarinistas de España sin que funcionen sus cámaras hiperbáricas

A pesar de la enorme actividad relacionada con el buceo en sus diferentes formas, la Comunidad Valenciana no cuenta hoy por hoy con una cámara hiperbárica en funcionamiento para hacer frente a una emergencia por descompresión, como la que sufrió el pasado domingo un joven valenciano de 23 años tras sumergirse en las aguas próximas a las islas Columbretes, en Castellón.

Este accidente puso de relieve que ninguna de las dos cámaras hiperbáricas con que cuenta la Comunidad, y que se encuentran en el hospital público del Puerto de Sagunto y en el privado del Perpetuo Socorro Alicante, se encuentran en funcionamiento a estos efectos. La de Sagunto está simplemente fuera de servicio y la de Alicante excluye expresamente este tipo de casos en sus convenios.

Por esa razón, este joven y otro de Alicante fueron trasladados hasta Cartagena, el primero por helicóptero de la Generalitat y el segundo en ambulancia por carretera, al Instituto Científico de Actividades Acuáticas y Subacuáticas (ICAAS), un centro creado hace cuatro años por una asociación sin ánimo de lucro, y que recibe habitualmente las urgencias que se declaran por descompresión en nuestra costa. El ICAAS, además, tiene convenios con el Ayuntamiento de Alicante para el cuerpo de bomberos, con la Consejería de Agricultura, para el personal del Instituto Marítimo Pesquero, y con algunos clubes deportivos de Alicante. 'Estamos bajo mínimos. Necesitamos apoyo. Tanto la Comunidad Valenciana como la Región de Murcia precisan que se regule y aborde con seriedad desde la Administración este asunto', aseguro ayer Pepe Seijo, presidente del ICAAS.

Cualquier urgencia en Castellón, Valencia o Alicante tiene que derivarse necesariamente a Cataluña, Murcia o Baleares. 'Lo que ocurre es que muchos accidentes de descompresión ni siquiera se declaran como tales, se omiten y al no tener una cámara hiperbárica cerca se tratan de otro tipo de secuelas o fallecen', declara Seijo. Una afirmación con la que coincide Emilio Telans, presidente de Fedas Comunidad Valenciana.

La carencia de cámara hiperbárica, que se traduce en una deficiencia en atención sanitaria de la que pueden verse afectados al menos 12.000 personas, no es reciente sino que responde a una situación que se arrastra desde hace años y cuya gravedad se ha acrecentado en los últimos tres con el aumento de este deporte.

El PSPV presentó ayer en las Cortes una pregunta parlamentaria sobre el uso de las cámaras de descompresión hiperbárica.'Hace seis o siete años, desde Fedas llegamos a un acuerdo con la Consejería de Sanidad para que admitiera la cesión del Ayuntamiento de Valencia de una cámara hiperbárica que tenían los bomberos. Una vez se superó el trámite parlamentario se instaló en la puerta de Emergencias del Hospital de Sagunto, se realizó un simulacro de emergencias y se inauguró con todo el boato, estaba incluso José Luis Olivas, si no recuerdo mal. Aquél fue el único día que funcionó. Nunca más se ha vuelto a poner en marcha', recuerda Emilio Talens, presidente de Fedas. Y hace alrededor de tres años se suspendió el convenio con la clínica Perpetuo Socorro de Alicante, cuya cámara está disponible sólo en horario parcial y no para accidentes de buceo.

La reivindicación histórica de los submarinistas se transformó en marzo de 2000 en pregunta parlamentaria del PSPV sobre el coste y la utilización de la cámara hiperbárica del hospital de Sagunto. A ella contestó el entonces consejero de Sanidad, José Emilio Cervera, con un impreciso compromiso: 'La Consejería tiene previsto reestructurar de forma global la prestación de servicio de cámara hiperbárica, cumpliendo y superando los requisitos que establece la normativa. En esta reestructuración se está estudiando la conveniencia de poner en funcionamiento nuevas cámaras antes que proceder a completar la instalación de la existente en el Hospital de Sagunto', dijo. Diecisiete meses después aún no ha iniciado su actividad la que estaba previsto instalar en el Hospital Provincial de Castellón, cuyo personal, en parte, ya ha recibido formación de Cruz Roja en Barcelona, según explicó Talens, ya que la Consejería de Sanidad eludió ayer ofrecer datos.

El coste aproximado de una cámara hiperbárica ronda los 50 millones de pesetas, además del que se derive del camarista y facultativo que debe atender al paciente. Según los datos declarados hay una veintena de accidentes por mala descompresión en la práctica del submarinismo deportivo. Cifra que va en aumento debido al auge de este tipo de actividad de ocio. Además de las titulaciones que otorga la Fedas, existen en la Comunidad dos asociaciones internacionales: SSI (de EEUU) y ACUC (canadiense). Éstas, con un centenar de puntos habilitados para impartir formación, conceden unos 2.000 títulos al año para practicar el buceo recreativo que facultan para descender hasta 30 metros o a tres atmósferas.