La avalancha de inmigrantes colapsa los centros de ayuda

La avalancha de inmigrantes interceptados durante las últimas 48 horas en las costas de Cádiz y Canarias ha desbordado la capacidad de acogida de las fuerzas de seguridad del Estado y de las organizaciones no gubernamentales. A los cerca de 600 africanos detenidos el sábado mientras intentaban entrar ilegalmente en España se sumaron ayer más de 200. En Tarifa fue necesario habilitar el polideportivo municipal, mientras que el Ejecutivo canario pidió una reunión urgente con el Gobierno central para afrontar el problema.

El fin de semana dejó un saldo de cerca de un millar de africanos detenidos, una cifra sin precedentes que colapsó los servicios de atención tanto policiales como humanitarios. Este nuevo récord se produce seis meses después de la entrada en vigor de la reforma de la nueva Ley de Extranjería, que el Gobierno justificó por la necesidad de acabar con el supuesto efecto llamada de la legislación anterior. Desde enero pasado, sin embargo, han sido detenidos unos 8.500 inmigrantes clandestinos, más del doble que en todo el año 2000.

El Gobierno canario pidió ayer una reunión urgente con el delegado del Gobierno para la Extranjería, Enrique Fernández-Miranda, para exigir que el Estado dé una 'respuesta muy rápida' al problema planteado por la llegada de los inmigrantes clandestinos, mientras que el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, insistió en reclamar un pacto de Estado sobre inmigración, mientras su grupo reclamaba la comparecencia en el Congreso del ministro del Interior, Mariano Rajoy.

En Barcelona, algo más de un millar de personas, según la Guardia Urbana, se manifestaron ayer en apoyo de los inmigrantes capturados en la redada masiva de la semana pasada. El juez encargado del caso, que ha decretado ya la expulsión de 33, tomó ayer declaración a los 38 que seguían detenidos. Varios de ellos han denunciado haber sufrido malos tratos.