Roban 500 millones en joyas en Puerto Banús

'Nos han robado todo lo que hemos conseguido en diez años'. El reputado joyero de Marbella Miguel Molina se lamentaba ayer del último atraco en una de sus joyerías, situada en Puerto Banús, de la que los ladrones se llevaron ayer 500 millones de pesetas en alhajas y relojes de marca. Los atracadores amenazaron con una pistola y un cuchillo a los empleados del establecimiento y, después de esposar a dos de ellos, desvalijaron el local.

La cadena Gómez y Molina ostenta el triste récord de sufrir entre uno y dos robos al año en las distintas joyerías que tiene en la Costa del Sol. El atraco se produjo sobre las 11.30 horas, y aunque su duración fue de apenas dos minutos, el botín sustraído fue más que cuantioso.

Los ladrones, que distintos testigos describen como 'extranjeros de países del Este de Europa', lo tuvieron fácil. Las joyas y relojes Rolex, Chopard y Cartier se encontraban en ese momento en distintas bandejas sobre los mostradores, preparadas para ser montadas en los escaparates.

Primero encañonaron a los tres empleados -una joven embarazada de dos meses que sufrió un ataque de nervios, y el tío y un sobrino del propietario-, y después de esposar a los dos hombres, simplemente volcaron la mercancía en unas bolsas.

Una vez cumplidos sus propósitos, los asaltantes abandonaron rápidamente la joyería, situada en el edificio Benabola, en la entrada misma de Puerto Banús, y se fugaron en un Alfa Romeo robado, no sin antes amenazar con la pistola y el cuchillo a todo aquel que encontraron a su paso.

Las llamadas de testigos, que llegaron incluso a anotar la matrícula, permitieron a dos agentes motorizados de la Policía Local localizar sin dificultad el coche e iniciar la persecución. Sin embargo, los criminales lograron finalmente huir a pie después de abandonar el vehículo en la urbanización Riviera del Sol, de Mijas. La Guardia Civil mijeña se ha hecho cargo de la investigación para localizar a los dos ladrones.

La valiosa mercancía robada no estaba asegurada debido al gran número de robos que han sufrido en los últimos años los seis establecimientos de la cadena, situados entre Fuengirola, Marbella y Puerto Banús. '¿Quién nos va a asegurar nada?', se quejó el propietario de esta empresa para la que trabajan unas 30 familias. 'Le dan a uno ganas de cerrar las tiendas, cambiar de negocio y empezar desde cero'. Molina aludió al endurecimiento de las leyes como única forma de evitar estos incidentes. 'Los ladrones lo tienen todo a su favor, saben que no les va a pasar nada y que es la forma más fácil de hacerse millonarios'.

La joyería Gómez y Molina de Puerto Banús procedió ayer ha hacer un inventario de todas las existencias para determinar e identificar las piezas robadas. Los ladrones lo tendrán difícil a la hora de desprenderse de los relojes, ya que todos ellos tienen una numeración que se proporcionará a los responsables policiales. 'Tarde o temprano aparecerán', explicó Miguel Gómez, que sin embargo señaló que con las joyas será más complicado, ya que los autores del atraco pueden separar las piezas.

La gran afluencia de público que estos días visita Puerto Banús ha hecho que el establecimiento dispusiese de mercancía más variada, valiosa y original que en otros meses del año. La rapidez con la que se desarrollaron los hechos impidió que el botín fuese mucho mayor, ya que los ladrones ni siquiera se acercaron a los escaparates, pero las pérdidas siguen siendo enormes.