El hermano que faltaba

El miércoles por la noche, Antonio Llorente Gento disfrutaba de sus vacaciones sin saber muy bien qué iba a hacer los próximos meses. Con 37 años, dos hijas -una recién nacida- y sin ofertas que le permitiesen permanecer en Madrid, la retirada era una opción más probable cada día. Pero el destino le reservaba un guiño inesperado.

Sudoroso e ilusionado, con barba de tres días y un rostro bronceado que resaltaba sobre una lustrosa camisa blanca, Toñín Llorente repartía ayer sonrisas sobre el nuevo parqué del pabellón Raimundo Saporta. Ni Herreros, ni Djordjevic, ni ningún otro. El Real Madrid arrancaba la pretemporada y él era el protagonista.

Se trata de una especie de tradición familiar a la que, aunque tarde, él también ha hecho honor. Su tío, Francisco Gento, es leyenda viva del Real Madrid, con el que jugó 18 temporadas y ganó seis Copa de Europa. La misma camiseta blanca han vestido también sus hermanos Paco y Julio, en el primer equipo de fútbol, y José Luis, en el de baloncesto. Toñín, al que el Madrid de George Karl ya estuvo a punto de fichar en 1990 para reforzar el equipo de cara a las eliminatorias por el título, era el Llorente que faltaba. Está orgulloso de cerrar el círculo. 'Para la familia resulta muy bonito. Algo inédito, y creo que imposible de igualar', resalta.

El fichaje ha sido tan fulgurante como sorprendente. 'Me lo dijo y pensé que me tomaba el pelo', confiesa su hermano José Luis, el presidente de la Asociación de Jugadores. En la sorpresa se incluye el propio protagonista. 'Cuando el Madrid me llamó el jueves por la mañana apenas le di importancia. No se lo dije ni a mi mujer, entre otras cosas porque tampoco me quería hacer ilusiones'. A esa llamada le siguió otra, y una más, ya el viernes, de Sergio Scariolo en persona, quien le anunció que sí, que él era el elegido para ser el tercer base. 'Y aquí estoy. Muy agradecido, claro, porque, seguro que para mi puesto había muchos otros jugadores y,después de 20 temporadas desde que debuté con el primer equipo del Inmobanco, para mí esto no deja de ser un regalo, una especie de premio', afirma.

Toñín Llorente (1,84 metros), internacional junior, se formó en las categorías inferiores del Inmobanco y el Real Madrid. Ningún jugador en activo ha debutado antes que él en la Liga ACB, el 17 de septiembre de 1983, con el extinto Cajamadrid de los Brabender, Beirán, Del Corral y su hermano José Luis. Fue el primero de sus 429 partidos en la élite del baloncesto nacional con los colores de Inmobanco, en dos etapas con otros cinco equipos: Cajamadrid, Cajabilbao, Málaga, Caja San Fernando y Baloncesto León (con el que el año pasado jugó en Liga LEB); y, además, Festina Andorra y Fórum Valladolid. Seguirá sumando encuentros, pero ahora con la camiseta número 13 del Madrid.