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Reportaje:

'Me he quedado sin fuerzas'

Una mujer sufre una tendinitis crónica tras no ser alertada de la incompatibilidad del fármaco

Casi 15 meses lleva de baja Ana Fenoy, una auxiliar de clínica de 53 años del hospital Ramón y Cajal de Madrid. 'La causa fue un accidente que tuve cuando intentaba levantar a un paciente del suelo', cuenta Fenoy. 'Al principio creí que era una tendinitis más, pero después de dos meses de fisioterapia -que tuve que pagar de mi propio bolsillo- el fisioterapeuta me dijo que la tendinitis se había cronificado. Desde entonces, me he quedado sin fuerzas', añade.

No era la primera vez que Fenoy tenía molestias de este tipo, pero otras veces se había recuperado sin problemas. Esta vez, los especialistas le han dicho que su dolencia es 'irrecuperable'. Ella tiene muy clara la causa: 'Desde 1989 estoy en tratamiento para controlar el colesterol y los triglicéridos. En enero de 2000, cinco meses antes del accidente, mi médico me recetó una combinación de Lipobay [el medicamento cuyo principio activo es la cerivastatina, que Bayer retiró ayer del mercado] y Lopid 900 [un fármaco con gemfibrocilo]'.

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El 30 de mayo de 2001, la Agencia Española del Medicamento avisó de que se habían detectado en España 34 casos de rabdomiólisis (destrucción del tejido muscular) asociados al consumo de cerivastatina. Aunque esta enfermedad no es grave si se detecta pronto, puede ser irreversible, e incluso mortal. En el 65% de los casos, según la nota oficial, 'el paciente estaba en tratamiento concomitante con gemfibrozilo'. Justo la combinación que estaba consumiendo Fenoy.

Teóricamente, esa comunicación del Ministerio de Sanidad tenía que haber sido suficiente para que el especialista de cabecera de Fenoy suspendiera el tratamiento, pero, según le explicó el médico a la paciente, no le llegó a tiempo. La auxiliar de clínica continuó ingiriendo la mezcla de los dos fármacos, hasta que el 12 de junio, ante la mejoría experimentada en sus niveles de colesterol, la misma paciente le propuso a su médico que suprimiera una de las pastillas. 'A él, que es un hombre muy responsable y muy majo, le pareció bien, y como me costaba mucho tragarla, eliminamos el Lopid', cuenta Fenoy.

El 2 de julio, la Agencia del Medicamento emitió otro aviso. En él se informaba de que se habían modificado los prospectos de los medicamentos con cerivastatina para incluir la 'contraindicación absoluta' de su administración conjunta con el gemfibrocilo.

Para Fenoy, el aviso ha llegado demasiado tarde. 'Hace más de un año que tengo que usar muñequeras. No sé cómo voy a reincorporarme a mi trabajo, y no quiero pedir una baja definitiva porque soy una mujer muy activa', afirma. Y se lamenta: 'Ya ni puedo darle la vuelta a una tortilla de patatas'.

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