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Campeonatos del Mundo de Edmonton | ATLETISMO

La reina del tartán se tiró a la piscina

Diego Torres

Quizá con la intención de ganar esas centésimas que le aproximaran al récord sideral de Florence Griffith Joyner, Marion Jones cambió de técnica de salida. Se advirtió con claridad en las semifinales y en la final de los 100 metros. El hectómetro del lunes, que resultó fatídico para la campeona olímpica. Dicen los técnicos consultados que Marion Jones cambió su estilo natural -el ortodoxo- para aproximarse a un tipo de salida explosiva que patentó Ben Johnson a finales de los ochenta. Una pequeña revolución para la atleta estadounidense, que supuso una alteración en la dinámica de toda su carrera. A partir del disparo, tuvo que hacer continuas correcciones que le restaron un tiempo precioso en su progresión.

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En la salida tipo Ben Johnson se procura asimilar el arranque de la natación. Para conseguirlo, en la posición de listos, se juntan los dos tacos para reducir la distancia entre los pies, se cierran las rodillas acortando el ángulo de flexión y se bajan las caderas. Es la posición ideal para que las dos piernas empujen simultáneamente tras el disparo. La consecuencia es que el pie, al tocar el tartán, tiene mucha caída, haciendo difícil imprimir tracción a la primera zancada. Para acelerar con garantías en esas condiciones es preciso tener un cuerpo pequeño con un depósito compacto de fuerza explosiva. Así era Ben Johnson, con sus 1,74 metros y aquél fenotipo redondo de musculatura hipertrofiada. Una bomba prefabricada en el laboratorio. Un caso que no se parece al de Marion Jones, de 1,78 de altura y músculos largos de jugadora de baloncesto.

La técnica de Johnson tuvo algunos imitadores en su tiempo pero no prosperó. Había que tener muchísima fuerza para soportar el desgaste que exigía aquella salida y los atletas optaron por perfeccionar el método tradicional, cuyo máximo exponente fue Carl Lewis. Con un pie de separación entre los tacos, al disparo reacciona primero el pie de atrás y luego empuja el de adelante. Se busca una transición natural entre el abandono de los tacos y la entrada en carrera.

Visiblemente nerviosa tras ser superada por Pintusevich en la semifinales, la campeona olímpica pasaba por momentos tan novedosos como angustiantes antes de correr la final. En la salida juntó sus pies y empujó como lanzándose a la piscina. Gastó tanta energía en el primer impulso que no pudo recuperarse en los 99 metros restantes.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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