Duelo de militares

Si fuera americano, Roman Sebrle sería uno de los atletas más populares y mejor pagados del mundo. Las grandes marcas deportivas se pegarían por hacerse con los servicios del supermán de la pista, el primer hombre que ha pasado de la frontera de 9.000 puntos en decatlón. Sebrle, sin embargo, no es americano y su nombre sólo sirve como estímulo y referencia al mundillo de los decatletas, donde el campeón checo se ha convertido en una celebridad. En mayo, batió el récord del mundo con 9.026 puntos. Necesitó bajar en casi siete segundos su mejor marca personal en 1.500 metros -última prueba del decatlón- para hacer historia. Durante casi veinte años, atletas del calibre de Daley Thompson, Dan O´Brien o el checo Thoman Dvorak habían tratado de superar ese rubicón. La hazaña estuvo reservada para Sebrle, que hasta ahora ha vivido a la sombra de su compatriota Dvorak.

Hace dos años, en Praga, Dvorak batió el récord mundial con 8.994 puntos. Arañó los 9.000 y todo el mundo dio por supuesto que sería el hombre que pisaría la Luna del atletismo, la cifra mágica que se había resistido tenazmente. Hasta Sydney, Sebrle era el segundón de los decatletas checos. Funcionaba bien, pero no tanto como para amenazar a Dvorak, al estonio Nool o al alemán Bussemann. En Sydney sorprendió con un segundo puesto, por detrás de Nool. Y pudo ser oro porque Nool cometió un claro nulo en el mejor de sus lanzamientos de peso. Sebrle pidió la descalificación del estonio, pero su apelación fue rechazada.

Sebrle es militar, como Dvorak. Ambos se entrenan juntos en el equipo del Dukla de Praga y están dirigidos por el mismo entrenador, Zdenek Vana. A pesar de su récord, Sebrle reconoce la autoridad de su colega, a quien llama 'gran hermano'. Su dedicación al atletismo ha sido relativamente tardía. De juvenil prefería el fútbol y el hockey sobre hielo, los dos deportes nacionales en su país. Durante los últimos años ha figurado regularmente en los primeros puestos del ránking.

Su punto débil es el salto de pértiga, donde tiene un amplio margen de mejora. Sebrle ha acudido a Edmonton con cierta precariedad debido a una lesión en talón de Aquiles, pero confía en demostrar que su récord mundial no fue una cuestión milagrosa.