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Reportaje:

A la sombra de la historia

La temperatura en Sevilla y Córdoba llega a la 'barrera psicológica' de los 40 grados

"Sevilla me gusta mucho, pero trabajar en una terraza en estos meses es un infierno". El que lo dice mientras se seca el sudor es Fadi, un libanés que habla cinco idiomas y trabaja en un bar irlandés del centro de la ciudad.

Y es que ayer las temperaturas alcanzaron los 41 grados en Sevilla y los 40 en Córdoba, marcando las máximas nacionales y llegando a lo que algunos denominan "barrera psicológica". También las demás provincias andaluzas cotizaron al alza en calores. El verano, hasta el momento clemente, dentro de lo que cabe, puso las cosas en su sitio y le apretó un poco las tuercas a veraneantes, trabajadores y sufridos vecinos. El Infoca, cumpliendo con sus deberes, advirtió del alto riesgo de incendios en la comunidad, donde se prevén temperaturas similares para hoy.

En Sevilla, a mediodía, la pesadez del sol se hacía sentir inapelable, los gestos se ralentizaban y quien más quien menos buscaba una sombra bajo la que ampararse. Ahora bien, puede que los pájaros empiecen a caerse de los árboles en breve, pero a la invicta casta de los turistas, que en verano invade amistosamente y lucrativamente la ciudad, no le asusta nadie: a las tres y bajo un sol de justicia, en las calles del centro histórico legiones de germanos, chinos y hasta rusos mantenían con ánimo inquebrantable su lucha contra el calor. El razonamiento de la mayoría de ellos era sencillo: estaban en Sevilla por un día, dos a lo sumo, y no era cuestión de perderlo en la fresca oscuridad de algún bar, había que ver, fotografiar, grabar, comprar y salir del lugar con un puñado de objetos que demostrasen, a la vuelta al territorio de origen, el efímero paso. Algunos, Como Daniel, de York (Reino Unido), reconocían que el calor era "un poco excesivo", pero la mayoría, como Karl, un alemán de Munster que estaba de paso con su novia, cargado con la mochila y el mapa de rigor, consideraba que la temperatura era sencillamente "perfecta".

"Los que más se quejan suelen ser los suramericanos, supongo que ya estarán cansados de este tipo de clima", comentaba Merche, que regenta una pequeña tienda de objetos típicos cerca de la Giralda. "A los europeos del norte les da igual esta temperatura, incluso les gusta. El trabajo no baja aunque suba el calor", confirmaba Jesús, que conduce una calesa en la que transporta a turistas a través de la ciudad. "Nosotros no lo pasamos mal", comentaba. "Estamos acostumbrados, y además en el trayecto pasamos siempre por el parque de María Luisa, y allí se está muy bien".

La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía afirmó ayer que la subida de temperaturas registrada en la comunidad está dentro de 'lo normal' en estas fechas, pero recordó algunos consejos básicos para evitar percances, como no realizar ejercicio después de las comidas o evitar exposiciones excesivas al sol, sobre todo en el caso de niños y ancianos. El intenso calor de ayer no provocó incidentes en Sevilla, donde se alcanzaron los 41 grados, ni en el resto de las capitales andaluzas, que pasaron en muchos casos de los 35. Los hospitales Virgen del Rocío y Virgen Macarena de Sevilla confirmaron que no se había recibido ningún caso destacable de deshidratación u otros problemas de salud derivados de la exposición al intenso calor. Mañana las temperaturas se mantendrán, previéndose máximas de 39 grados en Sevilla y Córdoba y de 38 en Granada.

Un grupo de turistas descansaba ayer a la sombra de la muralla del Alcázar de Sevilla.
Un grupo de turistas descansaba ayer a la sombra de la muralla del Alcázar de Sevilla.ENCARNI MARÍN
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