'Al filo' financia un proyecto humanitario en Pakistán

'Es el lugar más perdido y miserable de la Tierra que conozco', afirma Sebastián Álvaro, 'pero también el más bello'. El director de Al filo de lo imposible se refiere así a las aldeas del valle de Hushé, en Pakistán, una de las zonas más deprimidas de Asia y el lugar elegido por los componentes del programa de TVE para donar los cuatro millones de pesetas del Premio Nómadas de Fanta 2001, que recibieron el pasado mes de mayo.

Álvaro y cinco voluntarios de la ONG Asociación Cultural Sarabastall partirán el lunes rumbo a este valle para poner en marcha el proyecto. 'Lo primero que vamos a hacer es una relación de necesidades y gastos', explica, consciente de que los cuatro millones sólo servirán para poner los cimientos de los colegios, consultorios médicos, redes de alcantarillado e instalaciones de luz eléctrica que planean construir, al igual que un refugio en memoria de todos los compañeros muertos en las expediciones.

Los habitantes de Hushé, cuya esperanza media de vida está en 53 años, han trabajado durante dos décadas como porteadores para el equipo de Al filo de lo imposible. 'Son gentes nobles y leales', asegura el director del programa, quien añade que, en todo ese tiempo y pese a sus carestías, 'jamás nos han gastado nada de un bidón'.