Fumar en el Teatro Real

Hace poco asistí a una representación en el Teatro Real. Un lugar maravilloso; las obras, que tantos años y dinero han supuesto, han dado unos estupendos resultados. Nada más entrar, grandes carteles avisan de que está prohibido fumar, salvo en lugares señalizados. Pues bien, nadie hace el menor caso. Incluso vi a empleados fumando, para dar ejemplo. Valiosas alfombras, sillones... que cualquier colilla puede estropear (alguno ya tenía quemaduras). Pero eso, ¿a quién le importa? Todo se queda en colocar carteles, nadie tiene la valentía de hacer cumplir una norma tan elemental y de sentido común. No comprendo cómo los fumadores se dicen perseguidos cuando fuman donde les viene en gana, tanto si está permitido como si no, y además el Defensor del Pueblo está de su parte. Que fumen tranquilos mientras su cuerpo aguante.