Kelme y ONCE cambian de piel
'Nosotros hemos sido mejores que ellos', azuzó Manolo Saiz.
'No, nosotros hemos ganado por equipos', le contestaron en el Kelme.
'Que no, que somos mejores nosotros'.
'No, no y no. Somos mejores nosotros'...
Detrás de estas discusiones, que encandilan al entorno ciclista y que no conducen a ninguna parte, hay otras reflexiones. El estilo ONCE y el estilo Kelme no son inmutables. Los dos equipos han cambiado en este Tour.
Por encima de todo hay un axioma: son los corredores, sus características y su estado de forma los que marcan la estrategia de sus equipos. El Kelme no es el mismo que en años anteriores. Menos espectacular e igual de resolutivo que en 2000. Ha sido diferente. Ha compensado la baja de dos escaladores puros (Heras y Escartín) por ciclistas menos especialistas y más completos (Gutiérrez). Con menos figuras pero con un nivel medio alto, han repetido podio, el trofeo al mejor equipo del Tour. También han ganado una etapa (Cárdenas, en Bonascre) y han dejado a dos corredores entre los diez primeros (Sevilla, séptimo, y Botero, octavo). El año pasado obtuvieron dos etapas (Otxoa y Botero) y tres top ten. Pero las maneras han sido distintas. El Kelme no ha tenido tanta presencia en la alta montaña. Tenía al mismo Botero, pero con menos frescura. Tenía a un Sevilla deslumbrante, pero que ha sacrificado la espectacularidad en favor de la regularidad. Como contrapartida, ha dado un vuelco en la contrarreloj por equipos: de acabar 14º, a casi cinco minutos de los ganadores, a ser quinto, a poco más de minuto y medio. ¿Mejor? ¿Peor? Diferente.
Mejores resultados
Manolo Saiz se ha tenido que reprimir este año muchas veces. Es un hombre de acción, pero en el Tour se ha tenido que plegar a su tropa de resistentes. Cuando ha querido ser el ONCE de siempre ha tropezado. Intentó lanzar a Igor González de Galdeano en un ataque en los Alpes. También a Marcos Serrano. No fueron ataques, sino anécdotas.
Resistiendo, el ONCE termina con mejores resultados que imágenes para el recuerdo: tres corredores entre los diez primeros (Beloki tercero, Galdeano quinto y Serrano noveno). Nada que ver con el año pasado, cuando su mejor corredor fue Luttenberger (21º). Sin embargo, el equipo se lleva una mancha de este Tour. Se va del Tour sin ninguna victoria, ni siquiera la contrarreloj por equipos. ¿Tal vez pagó el desgaste de la víspera por las carreteras hacia Verdún, haciendo una exhibición antes y después de atrapar a Julich?
¿Cuál de los dos ha sido mejor? El Kelme subió al podio porque fue más regular. Y tiene a Sevilla, el mejor joven, el manchego que recuerda a los inicios de Perico Delgado. A Botero, un pura sangre. A Gutiérrez, el chico para todo. Y a Cárdenas, el oportunista. El ONCE ha sido el equipo más representado en el top ten. Tiene a Beloki, el confirmado. A Igor, el único que ha discutido a Armstrong contra el crono. Y a Serrano, cuya cara aún no reconocen muchos en el pelotón.
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