"Yo hablo con las lechugas y las judías"

Pregunta. ¿Es usted el Diseñador con mayúscula?

Respuesta. Por edad, sí.

P. Dicen que diseñó la modernidad barcelonesa en una noche de efluvios etílicos.

R. Colaboré en la movida barcelonesa por generación y porque me interesa la cultura. Me influyeron las noches. Y las noches son el gintonic, el tabaco y, sobre todo, la tertulia.

P. ¿La nueva marca del PSOE es lo más comprometido que ha hecho?

R. No, porque el partido sabía lo que quería, y yo sabía lo que necesitaba el partido.

P. ¿Los socialistas necesitaban el cambio, o son unos caprichosos?

R. Lo necesitaban, porque los cambios no son personajes solitarios. Son globales: de personas, de identidad, de imagen, de políticas y de programas.

P. Dice usted que el nuevo diseño les permitirá usar exclusivamente la sigla. ¿Será preocupante que pierdan la flor?

R. Yo creo que no. La mano y la rosa pueden quedar como símbolo institucional, histórico. Pero la palabra PSOE es la marca, y es lo que hay que vender.

P. Y usted, ¿qué flores ha perdido?

R. Las nuevas generaciones, a las que estoy intentando recuperar. Son mis maestros.

P. ¿A los del PSOE les ha dado un sablazo?

R. No. He trabajado en la cultura y en la cultura política, y estoy más entusiasmado por ayudar a hacer ese cambio que por la parte económica.

P. ¿Merienda gratis en Pans & Company desde que les hizo el logo?

R. Ni meriendo ni como ni ceno. El hecho de que haga la nueva propuesta de identidad de una empresa no quiere decir que tenga que ser un usuario.

P. Pero tendrá un bocata favorito.

R. Soy un gran amante del jamón y de la tortilla.

P. ¿Es militante de algo?

R. No.

P. ¿Ni del PSOE ni de los bocadillos?

R. Ni del PSOE ni de los bocadillos. Me gusta comer bien, y el bocadillo es un fast food.

P. ¿Qué imagen no aceptaría nunca realizar?

R. Todo tiene un precio. A aquél del que me sienta más cerca se lo haría más barato, y al que le tengo manía le cobraría diez veces más, y me retiraría.

P. Pongamos que le encargan un trabajito Julio Iglesias, Zidane y el cardenal primado. ¿Por dónde empezaría?

R. No tengo ni idea de poner identidad a gente que no conozco personalmente.

P. ¿Es más fácil trabajar para el PSOE o para la Generalitat?

R. Confío en que a partir de ahora sea más divertido trabajar para el PSOE, porque soy un entusiasta de lo nuevo.

P. ¿Y si Javier Arenas le pide que les cambie la gaviota?

R. Si Arenas me pidiera que cambiara la gaviota por otro pájaro, le diría que no entiendo de pájaros. Si me pidiera una reflexión sobre una nueva identidad del PP, entraríamos en precios.

P. ¿ La castidad es el mejor método para prevenir el sida?

R. Evidentemente, no. Si me propusieran la castidad, casi preferiría tener el sida.

P. ¿Qué se le ocurre?

R. La educación. Prevenir. Y que se vendan las medicinas que sabemos que existen, y que por intereses económicos no salen a la calle. El poder de la economía está por encima del de los gobiernos. No podemos beber, ni comer -vacas, cerdos- ni echar un polvo. No podemos hacer nada. Pronto no podremos votar.

P. No se ponga así.

R. Tal como van las cosas, me dan miedo, porque los partidos políticos se están convirtiendo en sociedades anónimas.

P. ¿Qué pasaría si se cansara de pensar?

R. Es imposible. Sería como si me cansara de la creatividad, que es parte de mi vida, antes que la política, la empresa y la familia.

P. ¿Qué hace cuando no está creando?

R. Actividades en las que no tenga que pensar, como trabajar el huerto o pescar en el mar.

P. Las grandes satisfacciones se las da la lechuga.

R. Y los tomates y la judía. Me obsesiono [ríe]. Hablo con las lechugas y con las judías.

P. ¿Qué les dice?

R. Las critico y me cabreo, porque siempre tienen enfermedades. Y como pretendo hacer un huerto ecológico, no quiero emplear química. Por eso a la vista me salen verduras feas, pequeños monstruos.