Colombia supera a Honduras y se verá con México en la gran final

Un arranque arrollador, de ataque con todo, empujó a Colombia hasta la final (mañana, 23.00, La 2). El equipo local salió a toda pastilla y pasó por encima de Honduras (2-0), que se vio impotente. Colombia llegaba y llegaba con todo el mundo, con los laterales, con los centrales, con los mediocampistas. Fue un acoso brutal, un ritmo frenético.

Al galope, Colombia encontró el gol pronto, a los seis minutos, con un zapatazo de Bedoya desde la esquina izquierda del área en pleno bombardeo. Pero marcó el 1-0 y se paró. Quiso jugar otro partido, a menos revoluciones, más comedido en sus ataques, más prudente en la posesión. Y se equivocó, porque la calma le dejó sin la pelota y le dio oxígeno a Honduras, que comenzó a soltarse. Colombia, siempre segura y firme atrás, quedó a merced de los contragolpes y las maravillosas apariciones de Giovanny Hernández. No acaba de llenarles a los colombianos, pero es una joya. Un tipo que en cuanto recibe el balón anuncia algo grande.

Los anfitriones intentaron recuperar el control en la segunda parte y llegó el gol de la sentencia, pasada la hora de juego, tras una llegada hasta el fondo del incansable Grisales y la definición letal de Aristizábal, que confirmó que a Colombia no hay quien la pare. Colombia es la locura.