Buen waterpolo español

El waterpolo español comienza a vivir sin Estiarte. Sufrido el primer disgusto en los pasados Europeos, donde se volvió a bajar del podio, como en los largos y viejos tiempos, vuelve la esperanza en los Mundiales. Tras lograr las dos primeras goleadas lógicas ante Australia, 8-1, y Japón, 12-1, ayer, frente a Croacia, uno de los grandes, y el único rival de entidad del grupo D de clasificación, empezaban las cosas serias. Y España ganó la apuesta, 6-4.

¿Qué ha cambiado respecto a hace pocas semanas? Fundamentalmente una mejoría sensible en la defensa. El equipo que dirige Joan Jané hizo una auténtica exhibición, pese a sufrir ocho inferioridades numéricas y si la colocación y los brazos de sus jugadores no entorpecían los lanzamientos o intentos croatas, al final estaba el gran guardameta Rollán, al que no se podía haber olvidado parar. Lo que necesitaba es mayor orden delante para no ser fusilado sin remedio. Y ese orden general, que luego se completaba con genialidades en ataque, lo daba especialmente Estiarte, el gran capitán de la etapa gloriosa y reconvertido en miembro ilustre del COI.

España, pese a su ausencia, no había perdido fluidez en ataque y ayer confirmó al resolver casi el partido con un 3-0 en el primer cuarto del partido. En el segundo pareció volver a las andadas de mala defensa y Croacia empató, 3-3, pero resolvió en el tercero con otro 3-0, hasta irse a 6-3, y en el cuarto y último simplemente se dedicó a resistir. Cedió un 1-0, pero el 6-4 final le dio el primer lugar del grupo y en la segunda fase sólo tendrá como rival fuerte a Rusia, con EE UU y Holanda como invitados.