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Pla se juega en Valencia el modelo de partido que presentará a la sociedad

El dirigente del PSPV se pronuncia hoy sobre la continuidad de Noguera como portavoz

Valencia es una de las grandes plazas electorales españolas donde los socialistas han presentado un candidato diferente en cada convocatoria electoral. Excepción hecha del alcalde Ricard Pérez Casado, que venció en 1983 -después de asumir la vara de mando de un Fernando Martínez Castellano que no pudo con las presiones orgánicas- y pasó la reválida de 1987. Pero fue un espejismo, ya que tuvo que dimitir un año después por su enfrentamiento con el aparato del PSPV controlado por Joan Lerma. Desde entonces, Clementina Ródenas, Aurelio Martínez y Ana Noguera han prestado sus rostros a los carteles electorales para enfrentarse finalmente a la zapa silenciosa de los dirigentes de la organización. Un modelo que, con menor virulencia -puesto que la alcaldía no se perdió hasta 1995- se ha dado también en la ciudad de Alicante.

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En la crisis socialista de la ciudad de Valencia la mayoría de actores son nuevos, pero el guión es el mismo. Un reducido grupo de personas -que representa a no más de 1.000 militantes- es el que decide la candidatura electoral de una ciudad de 800.000 habitantes con la acuciante necesidad de mantener estanco el circuito local del PSPV para garantizar su futuro político, aún a expensas de seguir perdiendo elección tras elección. En esta ocasión, el secretario local Rafael Rubio, que desde su elección en octubre pasado ha intentado en tres ocasiones conseguir la renuncia como portavoz de Ana Noguera, actúa alentado por un reducido grupo de cuadros lermistas que, tras debilitar al anterior dirigente local José Luis Ábalos, ven llegado el momento de hacerse con el control del partido en la ciudad. La operación incluye el derribo de Ana Noguera y, en caso de producirse, la destitución de media docena de asesores municipales para recompensar a los adeptos a la nueva mayoría resultante. Ante este escenario, Pla tendrá que hacer abstracción y decidir si sigue con el viejo esquema socialista de paz a cambio de territorios, aunque la ciudadanía penalice la solución, o aplica la fórmula que el viernes ofreció Manuel Chaves en la Conferencia Política: 'generosidad para apoyar a los candidatos que puedan tener un mayor respaldo social y no sólo orgánico'.

En Alicante, salvando las distancias, se repite una situación parecida, ya que el actual portavoz socialista en el Ayuntamiento, José Antonio Pina, ha salvado por ahora su puesto después de que el pasado 27 de enero moviese ficha a favor de la reelección del secretario local Ángel Franco con quien estaba enfrentado y del que logró la promesa de ser el candidato del aparato local en las próximas primarias.

En cualquier caso, la decisión sobre Valencia y el modelo de partido, que elevará hoy la tensión en la ejecutiva del PSPV, se traducirá en unos resultados electorales que se contrastarán con los anteriores.

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