FLORA Y FAUNA URBANAS
Alfonso Grau, delegado de Hacienda, Ferias y Fiestas de Valencia, no ha estado muy afortunado al pronunciarse contra la proyección de La portentosa vida del pare Vicent, programada en la Mostra. Un liberal como él ha de saber que, precisamente por esa cualidad, ha de afrontar los incordios que en ocasiones conlleva el ejercicio y defensa de la libertad. Por tal de tener apaciguado al macizo reaccionario se ha alineado con quien no le concierne, o eso creemos. Y lo más paradójico es que veta una película que no había visto. Jo, qué patinazo.
- Francisco Davó, abogado, cumple con su deber al agotar todos los recursos legales y procesales en defensa de sus clientes de El Palmar, tan machos ellos. Lo absurdo es que le impute a la prensa la culpa por los reiterados fallos condenatorios. Una salida de pata de banco más propia de Gil y Gil que de un letrado riguroso.
Antonio Lis, vicepresidente de la Diputación de Valencia, es a menudo víctima de su facundia y de la indisimulada acritud contra actitudes que otrora respetó, aunque no compartiese. Estos días ha defendido a la anacrónica Academia de la Cultura Valenciana más carca y ha descrito al catalanismo como 'acomplejado e hilarante'. Una ofensa gratuita que sólo puede contribuir a expandir el frente de sus adversarios. En el supuesto, claro está, de que estos se sientan aludidos por el eterno candidato a la Consejería de Cultura. ¡Apañados vamos!
- Luis Díaz Alperi, alcalde de Alicante, parece no darse por aludido por el auto del Tribunal Superior de Justicia valenciano, paralizando las obras del palacio de congresos en la ladera del Benacantil. Como Joe Rígoli, él sigue obstinado en el error. Más que historia, este hombre hace cómic. ¿Por qué no pone el mismo tesón en la recuperación de Tabarca?
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