La carrera roza la tragedia en territorio de Ocaña y Casartelli

El Tour de las tendinitis y las rodillas doloridas (principal causa de abandono hasta el día de descanso) se convirtió ayer, súbitamente, cuando se entró en los Pirineos, en el Tour de los dramas. Como atraídas por las tragedias de Luis Ocaña y Fabio Casartelli, las caídas, algunas de ellas preocupantes, marcaron la jornada. La carrera visita hoy dos cols marcados en letras rojas en la historia de la grande boucle. En el col d'Aspet, hace seis años, Casartelli se mató al golpearse la cabeza contra un mojón de piedra en el descenso. En el col de Menté, hace justamente 30 años, bajo una tormenta que ennegreció el cielo a las cinco de la tarde y convirtió la carretera en un torrente, Luis Ocaña, el hombre que había hecho doblar la rodilla al caníbal Eddy Merckx en los Alpes, sufrió, vestido con el maillot jaune, una de las caídas que han marcado la historia del deporte español y abandonó la carrera.

Ayer, ningún parte médico era tan sonoro como el de Ocaña, ninguna caída tan fatal como la de Casartelli, pero la tragedia anduvo cerca. Bajando el col de Jau, descenso estrecho y curvas cerradas, se cayeron Serguéi Ivanov y Bram de Groot. El ruso, ganador de la etapa de Aix-les-Bains, tuvo que abandonar con la clavícula izquierda rota; el holandés hizo sufrir más a todos. Un helicóptero lo evacuó inmediatamente al hospital de Perpiñán; el primer parte médico hablaba de fracturas faciales y coma inmediato; los rumores crecieron: algunos hablaban de una traqueotomía de urgencia.

Finalmente, a las 18.00, un segundo parte médico hablaba de 'estado satisfactorio y escáner negativo'. También se desmintió el coma. El ciclista podía hablar, aunque se había fracturado un pómulo. En otra caída, más tarde, el belga Van de Wouwer se rompió la clavícula.