Grandes puertos para probar a Armstrong

Se acercaban los Alpes y los escaladores del pelotón se sometieron a una improvisada encuesta: ¿Dónde se decidirá el Tour? De nueve que contestaron (Sevilla, Garzelli, Cuesta, Rubiera, Cárdenas, Igor González de Galdeano, Piepoli, Sastre y Laiseka), sólo acertó uno, Íñigo Cuesta, el corredor del Cofidis, que se decidió por los montes míticos: 'En Alpe d'Huez o Luz Ardiden'. Acertó con el primero. Los demás fallaron,menos Sevilla, que no se mojó lo más mínimo: 'En cualquiera', dijo. La abrumadora mayoría se decantó por los Pirineos.

Los Pirineos deberían decidir la carrera si el Tour se rigiera por cálculos cuadriculados, pero no es así. El Tour de 1999, de 2000 y, seguramente, de 2001 se deciden donde Lance Armstrong quiere. Al margen de eso, aún queda carrera para otras batallas e incluso terreno suficiente para tantear las debilidades del americano. En total, 17 puertos repartidos en 505 kilómetros de recorrido pirenaico. Diez son para tener en cuenta y, de ellos, tres se han clasificado fuera de categoría (Saint Lary, Tourmalet y Luz Ardiden). Los Pirineos permiten un espectáculo diferente, más corto pero más nervioso que Los Alpes.

Si vamos de menor importancia a mayor, habría que empezar por la etapa de hoy. Más suave que las demás, sin súper puertos, pero apta para probar los efectos del día de descanso. Según la jerarquía del trazado, le supera la de mañana, con seis puertos. Se empieza calentando en uno de segunda, se continúa con cuatro de primera (Menté, Portillón, Peyresourde y Val Louron) para rematar en Saint Lary.

Los Pirineos terminan a lo grande el domingo, la última etapa montañosa, entre Tarbes y Luz Ardiden, corta pero tremendamente quebrada, con los 16,8 kilómetros del Tourmalet como penúltima dificultad y la llegada en la estación de esquí.