Prosigue la operación descuento en la cronoescalada

La tricotosa made in Hautacam, pues fue en el puerto pirenaico donde en el Tour 2000 Armstrong exhibió al mundo su forma única de ascender, volverá a ponerse hoy en marcha en la cronoescalada de la Chamrousse. Es la prueba que más ha ensayado el estadounidense, líder espiritual, que no real del Tour. Es un recorrido que ha subido una docena de veces. Es ideal para que siga su doble tarea de demolición: la programada destrucción de Kivilev y Simon, los dos que aguantan de la fuga de 35 minutos, y el necesario distanciamiento de Ullrich y Beloki, los dos que aspiran a subir con él al podio. 'Pero que nadie se espere un trabajo tan espectacular como el de Alpe d'Huez. Ese esfuerzo sólo se puede hacer una vez al año', anunció (¿mintiendo?) el estadounidense.

Entre Armstrong y el amarillo hay dos corredores (O'Grady no cuenta) y 20.07m. Para reducir la ventaja cuenta aún con cuatro llegadas en alto. Si sigue el ritmo de Alpe d'Huez (10 minutos al francés, 4.39 al kazajo), el segundo día de los Pirineos habrá acabado con ambos. 'Pero Kivilev quizás me cause más problemas', dijo Armstrong. 'Ya sabía que era bueno. De hecho intenté ficharlo el año pasado para el US Postal'. Pese a ello le regaló 35 minutos en Pontarlier.

'Esta contrarreloj tiene dos partes bien diferentes', explica Santiago Botero, una de las grandes decepciones del Alpe d'Huez, y buen especialista contra el crono. 'Los primeros 13 kilómetros son en falso llano ascendente y se harán con bicicleta de contrarreloj y los últimos 19 son de ascensión regular y constante, con un buen porcentaje (1.300 metros de desnivel en 19 kilómetros, casi un 8% de gradiente), sin apenas descansos ni cambios de pendiente. Yo usaré un 41/19, también el desarrollo preferido de Ullrich, e intentaré moverlo a 70 pedaladas por minuto'. Armstrong, claro, lo moverá más deprisa, a 100 por minuto, pero usará un desarrollo más ligero, quizás el 39/21.