La vuelta a Cádiz en 360 grados

Melillense de 1955, Hassan Bensiamar ha perdido la cuenta de los años que lleva viviendo en Cádiz. Más de 18, en todo caso. Artista de pincelada ligera, amante de Sorolla pero también de la luz atlántica, la peculiar iconografía andaluza y la Bahía gaditana han sido la principal inspiración de su trabajo.

A raíz de una visita a la Torre Tavira, donde se halla instalada una cámara oscura que ofrece panorámicas completas de Cádiz, Bensiamar viene acariciando el proyecto de retratar su ciudad de adopción con una perspectiva de 360 grados. O lo que es lo mismo, traducir sobre el lienzo la imagen reflejada en esa lente, cuya invención se atribuye a Leonardo da Vinci y que a diario causa la admiración de docenas de turistas.

Para acometer esta tarea, el pintor carece de apoyo institucional, lo que le obliga a ceñirse a unas medidas reducidas. 'En principio', comenta, 'pensé hacerlo en un formato más grande. Ahora me gusta más así. Es como asomarse a una ventana'.

Valiéndose de apuntes y fotografías, 'pero también de lo que se queda en la retina', Bensiamar concibe este proyecto como 'muchas perspectivas dentro de un mismo cuadro, una misma imagen a distintas horas de luz y en distintas estaciones', explica.

'Lo único que no varía es la estructura urbana y la línea de horizonte. Por lo demás, se recoge el color de la ciudad, cómo se va metiendo el rojo entre las azoteas, cómo se han rehabilitado las torres miradores y aflorado elementos escondidos', agrega el pintor.

A diferencia de otras faenas anteriores, más realistas y minuciosas, el artista apuesta por una línea impresionista. 'Antes solía jugar con las antenas', recuerda. 'Aquí las elimino. Me interesa dar una visión más homogénea, reflejando cómo los nuevos edificios se integran o desentonan con la antigua armonía. En cualquier caso, no he percibido cambios sustanciales'.

De las 18 piezas que compondrán el trabajo, Bensiamar ha ejecutado hasta el momento nueve, lo que equivale a 180 grados: desde la Catedral y el Campo del Sur hasta el área de la Bahía. 'Ahora queda lo más fácil, lo que yo llamo Hollywood: Candelaria, la Iglesia del Carmen, La Caleta y La Viña', precisa el artista.

El excesivo retraso en la culminación del proyecto se justifica por varias razones. La principal de ellas fue un accidente de moto, que obligó a Hassan Bensiamar a guardar reposo y le impidió subir los innumerables escalones de la Torre Tavira durante una larga temporada. Por otra parte, el pintor ha seguido exponiendo regularmente, y en la actualidad compagina el trabajo de los 360 grados con una serie sobre los puentes de Sevilla.

Cuando se le pregunta qué anima a un pintor a seguir reflejando sobre la tela una ciudad que ya ha sido retratada desde todos los ángulos, a vista de pájaro y desde el suelo raso, Bensiamar es tajante: 'el único estímulo que nos queda a los artistas de Cádiz, y a los de cualquier parte, es pintar en defensa propia. Hacerlo con tus ojos, con una mirada que siempre es única, y crear tu propio espacio'.