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Entrevista:ANTONIO CHENEL, 'ANTOÑETE' | Matador

"Mi semental es como de la familia"

Pregunta. Maestro, me voy a chivar de que está fumando.

Respuesta. Sí, pero he estado casi una hora sin fumar, y antes acababa uno y encendía otro.

P. Tiene fama de comunicarse por monosílabos. ¿No se me quedará un poco corta la entrevista?

R. Bueno, no [ríe].

P. ¿Se va de verdad?

R. Esta vez sí, porque yo tengo mucho respeto al público, y no quiero defraudarle.

P. ¿Un mareíllo de nada puede acabar con un torero?

R. En este caso, sí; ha sido un zambombazo muy fuerte.

P. ¿Qué hay entre usted y el toro?

R. El amor de un hombre por el máximo animal sobre la tierra.

P. 'Un torero no puede vivir retirado'. Es una frase suya de hace dos años.

R. En el campo siempre voy a seguir toreando, alguna becerra o algo, y, si tengo necesidad, torearé hasta de salón.

PERFIL

Con 69 años y siete hijos -uno, Marco Antonio, de dos años y medio-, una insuficiencia cardiorrespiratoria por culpa del tabaco le ha alejado de los ruedos, al parecer definitivamente. Aficionado, aunque en menor medida, al frontón y al fútbol, seguirá, dice, vinculado al toro: 'Yo era un chaval que no tenía ni estudios, ni educación ni nada. El toro me lo ha dado todo'.

P. Tiene locos a los peluqueros con tanto corte de coleta.

R. Sí [ríe], y yo mismo me mareo algunas veces.

P. A los siete años ya vivía en el coso de Las Ventas. ¿Se lo pusieron en bandeja?

R. Ni muchísimo menos. La lucha fue muy dura.

P. Pero lo raro hubiera sido que decidiera ser bombero o fontanero.

R. Camino llevaba de bombero o de pintor de brocha gorda. Pero surgió el toro.

P. ¿Es mucha responsabilidad ser considerado un clásico?

R. Muchísima, porque el público te pide que hagas cosas como las que está acostumbrado a verte. Y a veces no puedes, porque el toro es el que te manda.

P. ¿Quién se lleva hoy la palma del tronío?

R. Está por ver. José Tomás lo ha tenido en la mano; Ponce lo tiene, porque lleva 11 años ahí arriba, toreando todo lo que quiere, y El Juli viene arrollando.

P. Rocío Jurado dice que a Ortega Cano, durante la siesta, se le va la mano como si tuviera la muleta. ¿Es de preocupar?

R. Hombre, yo nunca he toreado durmiendo, sino muy despierto del todo. Yo creo que dormido no se puede torear.

P. ¿Le satisface suficientemente ser ganadero?

R. Yo no soy ganadero. Soy un aficionado que tiene una pequeña finca y que se conforma con tener una puntita de ganado.

P. He leído que confraterniza con un semental.

R. Es íntimo amigo mío, Romerito. Me lo regaló El Niño de la Capea, y ha hecho amistad conmigo. Me sentaba en una piedra a fumar un cigarro y él venía, y teníamos una conversación. Hay fotografías de nuestra amistad impresionantes.

P. ¿Le ha contado ya que se retira?

R. No, no me ha dado tiempo aún. Le tengo que pasear por el campo y contárselo. Es una de las personas -he dicho personas [reflexiona riendo]-... Para mí es casi como un familiar mío. Alguna vez le trato como a un niño.

P. ¿Por qué Bruselas puede imponer a España que exija visado a los colombianos y no logra acabar con la corrida?

R. Eso está arraigado en el pueblo de España y en parte de Francia. Si estuviéramos solos, a lo mejor se metían con nosotros más. Pero somos dos países en contra de la UE.

P. ¿Cuál ha sido la mejor faena de su vida?

R. La mejor está por hacer, y no la haré ya.

P. ¿Y fuera del toro?

R. Mis hijos.

P. ¿Se le han quejado las mujeres?

R. Que yo sepa, ninguna.

P. ¿Está seguro de que las luces del traje las deslumbran?R. Algo sí. Yo creo que a la mujer le llama la atención un hombre vestido de luces.

P. ¿Como un guardia civil con tricornio?

R. Es algo más. Al guardia civil le ves andar con el fusil al hombro, pero al torero le ves que se está jugando la vida.

P. ¿Es más fácil dejar el toreo o dejar el tabaco?

R. Son dificilísimas las dos cosas. Yo he tomado la decisión de dejar el toreo, pero el tabaco lo estoy intentando, y me está costando mucho trabajo.

P. ¿Y es más fácil dejar el toreo o dejar el juego?

R. ¿Qué juego? No, el juego se deja muy fácilmente. El toro a mí me ha costado pedazos de mi vida.

P. ¿Tiene los riñones forrados?

R. No, no. Ni muchísimo menos.

P. Al menos, ¿le saludan con una sonrisa en el banco?

R. Pues no los veo sonreír, no.

P. Treinta y siete fracturas en su cuerpo. ¿Más cornás da el hambre?

R. Muchas más. Yo en la posguerra pasé hambre toda la que quise, y más.

P. ¿Qué llena el hueco que deja la coleta?

R. Mi hijo.

P. ¿Cuál es su futuro?

R. Siempre estará alrededor del toro: viendo torear, viendo corridas, y si sigo comentando para Canal+, pues encantado. Es mi vida.

El maestro Chenel, con <i>Romerito</i>, el semental al que cuenta sus cosas y que le come en la mano.
El maestro Chenel, con Romerito, el semental al que cuenta sus cosas y que le come en la mano.ULY MARTÍN

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