Del 'sushi' al pescado frito

A 10.800 kilómetros de su ciudad, los músicos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla tienen que adaptarse cada día a un auditorio distinto y a un público que está en los antípodas del sevillano no por su situación geográfica, sino por su carácter. 'Son muy respetuosos y saben escuchar, pero también son exigentes. Están acostumbrados a asimilar lo que les interesa de otras culturas e incorporarlo, por eso nos están recibiendo tan bien', comenta Alejandro Tuñón, violinista de 34 años que lleva en la ROSS desde 1992.

Serguei Teslia, el concertino, da fe de la perseverancia de los aficionados japoneses. 'Una profesora de universidad que no conocía a Turina me estuvo pidiendo todo tipo de información al terminar un concierto. No son como otros aficionados, que se limitan a interesarse por el nombre del compositor, aquí si a alguien le gusta una obra quiere hasta conseguir la partitura', asegura Teslia.

Chiaki Yamazaki, la única japonesa que forma parte de la ROSS, tiene 27 años y se incorporó a la formación en 1999. 'Por las caras que ponen, se nota que lo que más les gusta son Goyescas y la propina, Las bodas de Luis Alonso. Estoy muy contenta de la respuesta del público en mi país', dice la violinista que ha cambiado el sushi por el pescado frito y no le pesa. 'Quiero volver a Tokio, pero de momento es mejor para mi formación trabajar fuera. Además, ahora no es un buen momento para las orquestas japonesas', añade.

Su compatriota Dai Kimura, el solista que ha tocado en 12 de los 14 conciertos de la gira también ha elegido España como destino. 'Pepe Romero me dio lecciones en Estados Unidos, pero quiero ir a España a perfeccionarme, aunque primero tengo que aprender inglés. Además de la guitarra clásica, me interesa el flamenco. Ambos son difíciles, si se estudian con profundidad' comentaba Dai Kimura después del concierto en Tokio 'el mejor de la gira' para él.