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El alcalde de Sevilla reorganiza su gobierno local y crea un área política con vistas a las elecciones

Monteseirín despoja de competencias de gestión a los dos portavoces del grupo socialista

Alfredo Sánchez Monteseirín hizo ayer públicos los retoques a su equipo de gobierno con los que pretende afrontar sin sobresaltos la segunda mitad de su mandato. Monteseirín resta competencias a los dos portavoces socialistas, Emilio Carrillo y Carmelo Gómez, enfrentados desde hace meses, y las reparte entre el resto de concejales de su grupo. El alcalde pretende controlar más a Carrillo y a Gómez incorporándolos junto a él a 'la dirección política' del Ayuntamiento. Con ellos coloca en esas funciones a Evangelina Naranjo para que favorezca la coordinación entre ambos.

Tras la reorganización del gobierno municipal, Carrillo pierde las competencias de Turismo, que pasan a Blas Ballesteros; Empleo, de las que se hará cargo Susana Díaz; y Estadística, que corresponderán ahora a Juan Carlos Raffo. Al portavoz socialista sólo le restan las competencias de Economía.

Por su parte, Carmelo Gómez se desprende de Patrimonio, que queda a cargo de Rodríguez Galindo; y de Gobierno Interior, del que se hace cargo Victoria Martínez Ocón. El portavoz adjunto conserva Hacienda y Personal.

La tercera en discordia, Evangelina Naranjo, cede a José Antonio García las competencias en Limpieza Viaria, para lo cual el concejal de Mercados se incorporará próximamente al Consejo de Administración de Lipassam, la empresa pública de limpieza y recogida de basuras. A cambio, Naranjo, que es la secretaria del grupo socialista, se incorpora definitivamente al segundo escalón de poder del grupo socialista en el que, tras el alcalde, se situaban desde el inicio del mandato Emilio Carrillo y Carmelo Gómez.

'Tres hombres fuertes' Monteseirín definió ayer la nueva situación como un triunvirato en el que dispone 'de tres hombres fuertes, aunque uno de ellos sea una mujer'. El alcalde pretende que esta reestructuración sea un punto de inflexión en la gestión del gobierno municipal, eclipsada hasta ahora por las diferencias internas entre Carrillo y Gómez y por las disputas del PSOE con su socio andalucista.

En marzo, Carrillo y Gómez airearon sus diferencias personales y sus contrapuestos estilos de hacer política ante los medios de comunicación tras un pleno en el que el segundo convenció a su grupo, contra el criterio del primero, para votar una moción contra el PA. Aquello obligó al alcalde a poner orden en su propio grupo y a adoptar una posición muy arriesgada con la dirección provincial del partido, ante la que amagó con dimitir para evitar que ésta acabara con Emilio Carrillo, algo que ya estaba decidido.

El triunvirato formado por los dos portavoces y Evangelina Naranjo se dedicará, según Monteseirín, 'a desarrollar y concretar en los dos años que quedan de mandato los impulsos dados por el alcalde hasta ahora a los grandes retos de la ciudad'.

Aunque aún está por determinar qué parcelas de trabajo junto al alcalde asumirá cada uno de los tres, parece claro que de Gómez aprovechará su privilegiada situación en el partido para el trabajo con los militantes y las agrupaciones de cada barrio, mientras que Carrillo debe aportar, como hasta ahora, su buena imagen ante otras instituciones y las buenas relaciones con el socio andalucista en el gobierno municipal. El rol de Naranjo debe ser buscar la complementariedad entre las virtudes y capacidades de los tres, ya que el alcalde la ha escogido por su perfil político intermedio entre sus dos compañeros.

Entre los retos de futuro que dice el alcalde que tendrán que afrontar él y su triunvirato se encuentra, sin duda, la preparación de las próximas elecciones municipales. En los dos años que quedan de mandato se agudizarán los intentos del PA por desmarcarse del PSOE y destacar su propia personalidad en el gobierno de la ciudad. Conforme se acerque la cita electoral, los discursos políticos se impondrán a la gestión diaria y para entonces Monteseirín necesitará un grupo municipal cohesionado, algo de lo que ha carecido hasta ahora.

Alfredo Sánchez Monteseirín saluda a Carmelo Gómez en un pleno municipal.
Alfredo Sánchez Monteseirín saluda a Carmelo Gómez en un pleno municipal.JUAN CARLOS CAZALLA

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